MASCOTAS : GATOS
¿QUÉ SIGNIFICA TENER UN GATO?
El gato es un animal de conducta felina: astuto, cazador, elegante y con un encanto muchas veces poco conocido. La raza o procedencia apenas influyen en su carácter. Siempre será independiente y poseerá un alto grado de curiosidad. Por ello, elegir un gato como mascota no se reduce a decidir la raza, es conveniente reconocer su comportamiento a nivel individual. De esta forma, podremos tener claras nuestras obligaciones y sabremos qué va a suponer el compartir nuestro hogar con él.
¿DONDE BUSCARLO?
Si queremos una raza concreta debemos acudir a una tienda especializada, donde nos informarán sobre el precio y nos ofrecerán información específica. También existe la opción de los criadores, pero si no nos importa el pedigrí podemos encontrar ejemplares en las Asociaciones Protectoras de Animales. En estos casos, casi siempre se tratará de gatos de raza europea o común.
¿Cómo saber escoger entre los de una misma camada?
Lo primero es comprobar su estado de salud:
- El aspecto del pelo debe ser brillante, homogéneo y no presentar costras ni zonas peladas.
- Los oídos deben verse limpios, sin cerumen oscuro o costras como carboncillo (podría tratarse de ácaros).
- Los ojos también han de estar limpios, sin legañas verdosas, ni irritaciones en la parte superior, brillantes y de igual tamaño.
- El ano. Es importante que esté limpio, ya que indicios de suciedad o heces nos harían sospechar de la existencia de una diarrea.
En cuanto al carácter, un gato sano se mostrará activo y juguetón con nosotros en cuanto le incitemos a ello. No debe resultar agresivo en exceso, ya que ello indica que está muy asustado porque es muy tímido o que habrá que modular ese carácter con mucha paciencia si esto persiste.
Un detalle a tener en cuenta es que los gatos blancos con ojos azules pueden ser sordos de nacimiento. Por ello, habrá que averiguarlo si no queremos sorpresas.
SU ALIMENTACIÓN :
Una vez el gato ha sido destetado de su madre al mes y medio de vida, debe mantener una alimentación completa y equilibrada de alta calidad en los meses siguientes. Los gatos, a pesar de los tópicos, no deben ser alimentados con sobras de comida, pues en su dieta faltarían entonces los aminoácidos y las vitaminas.
EL AJUAR DE NUESTRO GATO:
La cama
Existen diferentes opciones en las tiendas especializadas, desde acolchados almohadones, cestas de mimbre abiertas, cestas de plástico duro, etc. Muchas veces, una simple caja de cartón o una manta de viaje pueden hacer la función. Podemos hacerles la cama lo más cómoda posible con rellenos blandos, aunque lo importante no es el formato, sino que les guste.
La colocaremos en un lugar de poco tránsito y aireado.
Como les gusta rascar en la arena tras haberla manchado, la bandeja ha de ser lo suficientemente grande para el tamaño del gato entero. Lo ideal es usar una pequeña o mediana en su corta edad y de bordes bajos para que puedan entrar fácilmente y pasar luego a bandejas más grandes y de bordes más altos para que no ensucien alrededor.
La limpieza es fundamental para evitar, primero, que el gato se sienta a disgusto y defeque fuera de ella o ensucie otros lugares de la casa, y, segundo, para no dejar que se produzcan infecciones innecesarias por restos de materia orgánica, sobre todo en meses calurosos.
El rascador.
Los gatos necesitan afilar sus uñas. En la naturaleza usan troncos de árbol, plantas herbáceas o vallados de madera. Para evitar que utilicen artículos domésticos en su afilado, es conveniente proporcionarles algún objeto adecuado y enseñarles dónde tienen permitido rascar.
La educación aquí va a jugar un papel muy importante: siempre que pillemos a nuestro gato desde temprana edad rascando en algún mueble o cortina o planta de casa, hay que dejarle claro que no está bien. Existen dos métodos: cogerlos como lo haría su madre de la piel del cuello y llevarlos al lugar que hayamos colocado para ello o lanzarles desde una posición alejada, sin que nos vea, agua con un difusor o pistola de agua. Así se asustan y no lo volverán a intentar en un rato.
Les encantan las sillas de enea o mimbre y las moquetas en particular. En las tiendas especializadas se ofrecen diferentes tipos de rascadores con los que educarlo:
- Los de pared llevan un trocito de moqueta, se usan colocándolos en vertical en algún lugar de la casa donde el gato pueda ir a jugar y rascar.
- Rascador en forma de tubo, cubierto con cuerda y con un juguete colgando de una goma para que llame su atención y jueguen allí.
- Rascadores en forma de estructura de pisos, con juegos incorporados y varias zonas donde rascar. Son un éxito si hay más de un gato en casa. A veces vienen incluso impregnados de sustancias olorosas muy atrayentes para estos animales.
Una buena práctica, siempre que sea posible, es ir al campo y recoger un tronquito ni muy fino ni muy grueso, rodearlo de cuerda de pita y ponerle una base de madera. En el extremo superior se clava una cuerda con una pelota que llame la atención del gato. También se puede comprar una pequeña silla de enea, de las de niños, y dedicarla para que sea donde enseñemos al gato a ir a rascar.
Es esencial colocar bien el rascador, sobre todo los de pared, ya que los gatos también rascan para marcar el territorio y se asustarán si está mal sujeto y se les puede caer encima.
La cesta para el transporte.
Para cualquier viaje, visitas al veterinario e incluso dejarlo encerrado en un momento determinado (ante presencia de gente u otros animales donde no vaya a ser bien recibido) es imprescindible contar con una cesta.
Si pretendemos que nuestro gato salga a pasear debemos acostumbrarlo desde muy joven a la calle, y aun así no es seguro que vaya a gustarle. Los gatos caseros lo pasan mal en terreno desconocido o cuando cambian de lugar, aunque sea sólo por un rato. Por ello es preferible que viajen protegidos dentro de su cesta. También los dueños nos evitamos arañazos innecesarios en caso de salida al veterinario, a la peluquería o cualquier traslado en coche.
Trucos para el uso de la cesta :
- Si dejamos la cesta a su alcance en casa favoreceremos que se meta o la vea como un objeto normal.
- Jugar de vez en cuando con ella no será mala idea para que entre sin miedo en otras ocasiones.
- Hay gatos que incluso la usan como cama si la acolchamos con una toalla o almohadón fino.
Juguetes, cepillos, peines, collares y demás.
Los gatos tienen un espíritu juguetón y vivo. Una simple bola de papel de aluminio los entretiene durante un buen rato. Son cazadores por excelencia y cualquier cosa que se mueva hará que vayan en su busca: ratoncitos de peluche, pelotas con cascabeles dentro, gomas del pelo etc.
En cuanto a los cepillos o peines, existen diferentes tipos según el pelaje.
En general, hay peines de púas metálicas estrechas o más anchas, el peine corta-nudos para los de pelo más largo, el cepillo de cerdas finas y tupido o el de púas de alambre. Los más díscolos en la materia del aseo prefieren el guante, que a la vez que les acaricia sirve para quitarle algún pelo.
¿QUÉ SIGNIFICA TENER UN GATO?
El gato es un animal de conducta felina: astuto, cazador, elegante y con un encanto muchas veces poco conocido. La raza o procedencia apenas influyen en su carácter. Siempre será independiente y poseerá un alto grado de curiosidad. Por ello, elegir un gato como mascota no se reduce a decidir la raza, es conveniente reconocer su comportamiento a nivel individual. De esta forma, podremos tener claras nuestras obligaciones y sabremos qué va a suponer el compartir nuestro hogar con él.
Hoy en día figura como uno de los mejores animales de compañía, sobre todo en la ciudad. Cómodos de tener, requieren únicamente el espacio de cualquier hogar. Son animales limpios y se adaptan a su dueño, ya se trate de una persona joven y solitaria, de un anciano que pasa muchas horas en casa, o de niños, siempre que se muestren cariñosos con ellos.
Los felinófilos, o amantes de los gatos, han hecho posible que sea un animal cada vez más querido, y sobre todo que podamos disfrutar del gran número de razas actuales, muchas de ellas de nueva creación.
Los felinófilos, o amantes de los gatos, han hecho posible que sea un animal cada vez más querido, y sobre todo que podamos disfrutar del gran número de razas actuales, muchas de ellas de nueva creación.
¿DONDE BUSCARLO?
Si queremos una raza concreta debemos acudir a una tienda especializada, donde nos informarán sobre el precio y nos ofrecerán información específica. También existe la opción de los criadores, pero si no nos importa el pedigrí podemos encontrar ejemplares en las Asociaciones Protectoras de Animales. En estos casos, casi siempre se tratará de gatos de raza europea o común.
Los anuncios de periódicos o amigos también nos pueden proporcionar una mascota con referencias de edad y salud. Por último, Internet se ha convertido en un medio muy eficaz para acceder a adopciones y venta de gatos. Sea cual sea el procedimiento que nos lleve a adquirir un ejemplar, lo importante es conocer su edad y su estado sanitario.
¿Qué es mejor, un gato adulto o un gato joven?
A todos nos gusta ver crecer a los animales en nuestro entorno, pero no hay que descartar adoptar un gato adulto. De cualquier forma, hay que tener presente que los gatos no deben separarse de sus madres antes del mes y medio de vida. Es importante respetar este periodo porque así se alimentan de la leche materna, cuyos ingredientes son fundamentales, pero además, conviene que pasen un tiempo en contacto con sus congéneres. De éstos aprenden comportamientos y hábitos que serán muy importantes en posteriores etapas.
Un animal de pocas semanas es mucho más débil y susceptible a las enfermedades que un adulto, por lo cual, y dependiendo del lugar o condiciones donde vaya a estar, hay ocasiones en que será más recomendable adquirir un animal desarrollado. El gato adulto es menos movido y está adaptado a los hábitos de aseo y, aunque no les gustan los cambios y le llevará tiempo, terminará acostumbrándose a su nuevo hogar.
¿Qué es mejor, un gato adulto o un gato joven?
A todos nos gusta ver crecer a los animales en nuestro entorno, pero no hay que descartar adoptar un gato adulto. De cualquier forma, hay que tener presente que los gatos no deben separarse de sus madres antes del mes y medio de vida. Es importante respetar este periodo porque así se alimentan de la leche materna, cuyos ingredientes son fundamentales, pero además, conviene que pasen un tiempo en contacto con sus congéneres. De éstos aprenden comportamientos y hábitos que serán muy importantes en posteriores etapas.
Un animal de pocas semanas es mucho más débil y susceptible a las enfermedades que un adulto, por lo cual, y dependiendo del lugar o condiciones donde vaya a estar, hay ocasiones en que será más recomendable adquirir un animal desarrollado. El gato adulto es menos movido y está adaptado a los hábitos de aseo y, aunque no les gustan los cambios y le llevará tiempo, terminará acostumbrándose a su nuevo hogar.
¿Cómo saber escoger entre los de una misma camada?
Lo primero es comprobar su estado de salud:
- El aspecto del pelo debe ser brillante, homogéneo y no presentar costras ni zonas peladas.
- Los oídos deben verse limpios, sin cerumen oscuro o costras como carboncillo (podría tratarse de ácaros).
- Los ojos también han de estar limpios, sin legañas verdosas, ni irritaciones en la parte superior, brillantes y de igual tamaño.
- El ano. Es importante que esté limpio, ya que indicios de suciedad o heces nos harían sospechar de la existencia de una diarrea.
En cuanto al carácter, un gato sano se mostrará activo y juguetón con nosotros en cuanto le incitemos a ello. No debe resultar agresivo en exceso, ya que ello indica que está muy asustado porque es muy tímido o que habrá que modular ese carácter con mucha paciencia si esto persiste.
Un detalle a tener en cuenta es que los gatos blancos con ojos azules pueden ser sordos de nacimiento. Por ello, habrá que averiguarlo si no queremos sorpresas.
SU ALIMENTACIÓN :
Una vez el gato ha sido destetado de su madre al mes y medio de vida, debe mantener una alimentación completa y equilibrada de alta calidad en los meses siguientes. Los gatos, a pesar de los tópicos, no deben ser alimentados con sobras de comida, pues en su dieta faltarían entonces los aminoácidos y las vitaminas.
Es fundamental que pasen por la etapa de mamar. Es un acto instintivo y les produce un cambio en el comportamiento, cuya falta será muy acusada en aquellos que no lo hacen. Éstos son gatos menos juguetones, más caprichosos con la comida y tienden a “mamar” objetos o nuestras manos constantemente. Están descritos, y se ha comprobado en numerosos casos en gatos criados por las personas con biberón, comportamientos de este tipo, e incluso pueden llegar a ser gatos más ariscos en el trato si no se les educa bien después.
Si un gato no pudiera ser amamantado por su madre, debemos obtener leche que sea lo más parecida a la materna, que no es la de vaca, bien en tiendas especializadas, en el veterinario, o, en su defecto, leche en polvo infantil un poquito más concentrada que como se les da a los bebés.
Los gatos tienen muy desarrollado su sistema olfativo, por lo que su comportamiento depende en gran medida de los olores. Se suele decir que son muy sibaritas. Si se habitúan desde pequeños a una alimentación, será difícil variarla en el futuro. En la naturaleza, los gatos, como son felinos y por tanto cazadores, ingieren comida sólida a las cuatro semanas de nacer, pero en su vida casera se puede retrasar hasta las seis semanas.
La consistencia de la comida también es importante. Fundamentalmente, debe ser seca. Se les puede dar comida de lata, más blanda, de vez en cuando o para administrar algún fármaco, pero no es aconsejable remojar el alimento o que lo tomen siempre húmedo. Los nutrólogos elaboran cada día alimentos más específicos para cada edad o estado fisiológico. Existen ya en el mercado variedades de alimento según la edad y también en función del tipo de gato: gatos castrados, hembras gestantes, gatos con dificultad en la defecación, gatos con algún problema dermatológico, gatos con apetito sensible o dificultad digestiva, gatos convalecientes o delgados, gatos muy chatos con dificultad de aprehensión del alimento, etc.
Pautas para su alimentación.
El sitio para colocar la comida del gato no debe ser un lugar de paso, ni céntrico, para que se sienta cómodo. Tampoco se deben colocar sus recipientes al lado de la bandeja de arena (bandeja de excrementos).
Características a tener en cuenta:
- Se necesitan dos recipientes sólidos con una base ancha para que el gato no pueda volcarlos. Se deben lavar a diario y colocarlos sobre una esterilla o alfombra que no permita el contacto del alimento derramado con el suelo.
- A los gatos les gusta el alimento fresco y reciente. Es preferible rellenar varias veces al día el recipiente que poner grandes cantidades.
- El sistema de alimentación del gato hace que éste coma en periodos cortos y repita esta acción varias veces al día. Esto es lo más normal e indicado.
- También a los gatos, dado su instinto cazador, les gusta la comida a una temperatura más elevada que a otros animales. En la naturaleza, la alimentación pasa por la caza de presas que se ingieren a la temperatura corporal normal.
- No es de extrañar que nuestro gato coma hierba o plantas de las que tengamos por casa. Su acción purgante le ayuda a regurgitar, si lo necesita, restos de alimento o bolas del pelo. Para ello nos aseguraremos de no haber utilizado fertilizantes ni herbicidas en esas plantas, puesto que los gatos son muy sensibles a los tóxicos.
- Si un gato sufre anorexia (pérdida de apetito), bulimia (desorden en su alimentación) o vómitos frecuentes, es síntoma de que algo falla. Deberemos visitar al veterinario, pues puede estar incubando alguna enfermedad o padecer alguna molestia gástrica. Normas generales
- El gato se alimenta “ab libitum”, cuando él quiere, normalmente sin problemas.
- Su alimentación debe ser preferiblemente seca, la húmeda habrá de ser racionada y en menor cantidad.
- No debe darse nunca carne cruda, pues puede almacenar parásitos y/o bacterias.
- No sería deseable que ingiriera comida para adultos si es un gato pequeño, ni comida para perros.
- No darle huesos ni restos de nuestra comida, porque así le convertiremos en un gato con problemas de alimentación.
- Si nuestro gato no come en unas horas no hay por qué alarmarse, pero si persiste en no comer nada en 24 horas debemos llevarlo al veterinario.
- Cada edad requiere una nutrición que debemos respetar, no dejemos que nuestro gato tenga deficiencias innecesarias. Existe comida especial para cada edad y la cantidad recomendada nos viene indicada en el paquete que compramos. Los nutrientes
Los que nuestro gato necesita diariamente se dividen en grandes grupos:
- Las proteínas: fundamentales para el crecimiento, para una buena musculatura y para su capacidad de reproducción. También son su fuente de energía y le dan al pelo el brillo y textura que debe presentar.
Las encontramos en la carne, el huevo, la leche y sus derivados y en el pescado. Su porcentaje representa entre un 25 y un 35% de la dieta.
- La grasa: fuente de calorías indispensable. Para el manto de pelo son de gran importancia. Se encuentran en los aceites de origen vegetal y animal. Su porcentaje oscila entre el 15-35% de la alimentación.
- La fibra: esencial para un buen funcionamiento del tránsito intestinal. Proviene de la pulpa de la remolacha, de la fibra del maíz, etc. Existen dietas especiales con un alto contenido en fibra para aquellos gatos que muestren dificultad en el tránsito intestinal o para bajar un poco de peso.
- Los hidratos de carbono: son peor tolerados por los gatos si no están bien cocidos y en las dietas aparecen en su justa medida. Los proporcionan la patata, el arroz y el maíz. Constituyen a la vez una buena fuente de energía y una ayuda en el control de la buena salud intestinal.
- Los minerales y vitaminas: son necesarios en muchas funciones vitales como el buen funcionamiento de los músculos, el esqueleto, los órganos en general y el sistema nervioso. Dentro de éstos encontramos el calcio, el fósforo, el potasio y todas las vitaminas de grupos A, B y C.
- Los oligoelementos como el cobre, el cinc, el magnesio, etc, también deben estar incluidos en la dieta para que la alimentación sea completa de verdad.
Todos estos elementos conformarán una buena alimentación, de ahí la importancia de dar al gato alimentos ya preparados y de buena calidad. Los gatos requieren muchas proteínas por su condición de carnívoros y los déficits en éstas provocan alteraciones en su esqueleto, manto o en cualquier otro sistema orgánico.
Así, por ejemplo, la carencia de Taurina, un aminoácido esencial para el gato, provoca alteraciones cardíacas y oculares.
Si nosotros quisiéramos cocinar una ración diaria para nuestro gato, deberíamos tener en cuenta todos los ingredientes anteriores y controlar tanto las proporciones como la calidad del alimento final.
El agua en su alimentación.
A los gatos no se les conoce como buenos bebedores por lo general, aunque la verdad es que les encanta el agua que sale de los grifos y de las fuentes, sobre todo si está fresca. El agua es una parte fundamental en su dieta, ya que como ésta debe ser muy proteica, consumir agua les evita problemas urinarios en un futuro. Proporcione agua fresca a diario en un recipiente limpio. A muchos gatos les resulta más apetitosa si está en recipiente de cristal.
Si la alimentación de nuestro gato es húmeda, requerirá menos agua en su dieta diaria y teniendo en cuenta que no eliminan agua en tanta cantidad como nosotros (sudoración, por ejemplo), aunque los veamos beber poco, no hay que preocuparse en exceso.
Cuando los gatos lactantes pasan a una alimentación seca, sí que requieren beber más, y, de hecho, beberán más que cuando sean adultos. Una vez pasada la etapa de lactancia, no requieren aporte especial de leche y, a pesar de los tópicos, la leche de vaca les produce diarrea.
Si un gato no pudiera ser amamantado por su madre, debemos obtener leche que sea lo más parecida a la materna, que no es la de vaca, bien en tiendas especializadas, en el veterinario, o, en su defecto, leche en polvo infantil un poquito más concentrada que como se les da a los bebés.
Los gatos tienen muy desarrollado su sistema olfativo, por lo que su comportamiento depende en gran medida de los olores. Se suele decir que son muy sibaritas. Si se habitúan desde pequeños a una alimentación, será difícil variarla en el futuro. En la naturaleza, los gatos, como son felinos y por tanto cazadores, ingieren comida sólida a las cuatro semanas de nacer, pero en su vida casera se puede retrasar hasta las seis semanas.
La consistencia de la comida también es importante. Fundamentalmente, debe ser seca. Se les puede dar comida de lata, más blanda, de vez en cuando o para administrar algún fármaco, pero no es aconsejable remojar el alimento o que lo tomen siempre húmedo. Los nutrólogos elaboran cada día alimentos más específicos para cada edad o estado fisiológico. Existen ya en el mercado variedades de alimento según la edad y también en función del tipo de gato: gatos castrados, hembras gestantes, gatos con dificultad en la defecación, gatos con algún problema dermatológico, gatos con apetito sensible o dificultad digestiva, gatos convalecientes o delgados, gatos muy chatos con dificultad de aprehensión del alimento, etc.
Pautas para su alimentación.
El sitio para colocar la comida del gato no debe ser un lugar de paso, ni céntrico, para que se sienta cómodo. Tampoco se deben colocar sus recipientes al lado de la bandeja de arena (bandeja de excrementos).
Características a tener en cuenta:
- Se necesitan dos recipientes sólidos con una base ancha para que el gato no pueda volcarlos. Se deben lavar a diario y colocarlos sobre una esterilla o alfombra que no permita el contacto del alimento derramado con el suelo.
- A los gatos les gusta el alimento fresco y reciente. Es preferible rellenar varias veces al día el recipiente que poner grandes cantidades.
- El sistema de alimentación del gato hace que éste coma en periodos cortos y repita esta acción varias veces al día. Esto es lo más normal e indicado.
- También a los gatos, dado su instinto cazador, les gusta la comida a una temperatura más elevada que a otros animales. En la naturaleza, la alimentación pasa por la caza de presas que se ingieren a la temperatura corporal normal.
- No es de extrañar que nuestro gato coma hierba o plantas de las que tengamos por casa. Su acción purgante le ayuda a regurgitar, si lo necesita, restos de alimento o bolas del pelo. Para ello nos aseguraremos de no haber utilizado fertilizantes ni herbicidas en esas plantas, puesto que los gatos son muy sensibles a los tóxicos.
- Si un gato sufre anorexia (pérdida de apetito), bulimia (desorden en su alimentación) o vómitos frecuentes, es síntoma de que algo falla. Deberemos visitar al veterinario, pues puede estar incubando alguna enfermedad o padecer alguna molestia gástrica. Normas generales
- El gato se alimenta “ab libitum”, cuando él quiere, normalmente sin problemas.
- Su alimentación debe ser preferiblemente seca, la húmeda habrá de ser racionada y en menor cantidad.
- No debe darse nunca carne cruda, pues puede almacenar parásitos y/o bacterias.
- No sería deseable que ingiriera comida para adultos si es un gato pequeño, ni comida para perros.
- No darle huesos ni restos de nuestra comida, porque así le convertiremos en un gato con problemas de alimentación.
- Si nuestro gato no come en unas horas no hay por qué alarmarse, pero si persiste en no comer nada en 24 horas debemos llevarlo al veterinario.
- Cada edad requiere una nutrición que debemos respetar, no dejemos que nuestro gato tenga deficiencias innecesarias. Existe comida especial para cada edad y la cantidad recomendada nos viene indicada en el paquete que compramos. Los nutrientes
Los que nuestro gato necesita diariamente se dividen en grandes grupos:
- Las proteínas: fundamentales para el crecimiento, para una buena musculatura y para su capacidad de reproducción. También son su fuente de energía y le dan al pelo el brillo y textura que debe presentar.
Las encontramos en la carne, el huevo, la leche y sus derivados y en el pescado. Su porcentaje representa entre un 25 y un 35% de la dieta.
- La grasa: fuente de calorías indispensable. Para el manto de pelo son de gran importancia. Se encuentran en los aceites de origen vegetal y animal. Su porcentaje oscila entre el 15-35% de la alimentación.
- La fibra: esencial para un buen funcionamiento del tránsito intestinal. Proviene de la pulpa de la remolacha, de la fibra del maíz, etc. Existen dietas especiales con un alto contenido en fibra para aquellos gatos que muestren dificultad en el tránsito intestinal o para bajar un poco de peso.
- Los hidratos de carbono: son peor tolerados por los gatos si no están bien cocidos y en las dietas aparecen en su justa medida. Los proporcionan la patata, el arroz y el maíz. Constituyen a la vez una buena fuente de energía y una ayuda en el control de la buena salud intestinal.
- Los minerales y vitaminas: son necesarios en muchas funciones vitales como el buen funcionamiento de los músculos, el esqueleto, los órganos en general y el sistema nervioso. Dentro de éstos encontramos el calcio, el fósforo, el potasio y todas las vitaminas de grupos A, B y C.
- Los oligoelementos como el cobre, el cinc, el magnesio, etc, también deben estar incluidos en la dieta para que la alimentación sea completa de verdad.
Todos estos elementos conformarán una buena alimentación, de ahí la importancia de dar al gato alimentos ya preparados y de buena calidad. Los gatos requieren muchas proteínas por su condición de carnívoros y los déficits en éstas provocan alteraciones en su esqueleto, manto o en cualquier otro sistema orgánico.
Así, por ejemplo, la carencia de Taurina, un aminoácido esencial para el gato, provoca alteraciones cardíacas y oculares.
Si nosotros quisiéramos cocinar una ración diaria para nuestro gato, deberíamos tener en cuenta todos los ingredientes anteriores y controlar tanto las proporciones como la calidad del alimento final.
El agua en su alimentación.
A los gatos no se les conoce como buenos bebedores por lo general, aunque la verdad es que les encanta el agua que sale de los grifos y de las fuentes, sobre todo si está fresca. El agua es una parte fundamental en su dieta, ya que como ésta debe ser muy proteica, consumir agua les evita problemas urinarios en un futuro. Proporcione agua fresca a diario en un recipiente limpio. A muchos gatos les resulta más apetitosa si está en recipiente de cristal.
Si la alimentación de nuestro gato es húmeda, requerirá menos agua en su dieta diaria y teniendo en cuenta que no eliminan agua en tanta cantidad como nosotros (sudoración, por ejemplo), aunque los veamos beber poco, no hay que preocuparse en exceso.
Cuando los gatos lactantes pasan a una alimentación seca, sí que requieren beber más, y, de hecho, beberán más que cuando sean adultos. Una vez pasada la etapa de lactancia, no requieren aporte especial de leche y, a pesar de los tópicos, la leche de vaca les produce diarrea.
EL AJUAR DE NUESTRO GATO:
La cama
Existen diferentes opciones en las tiendas especializadas, desde acolchados almohadones, cestas de mimbre abiertas, cestas de plástico duro, etc. Muchas veces, una simple caja de cartón o una manta de viaje pueden hacer la función. Podemos hacerles la cama lo más cómoda posible con rellenos blandos, aunque lo importante no es el formato, sino que les guste.
En los gatos, a diferencia que en otros animales, rara vez se da el caso de que elijan solamente un lugar donde dormir. Suelen descubrir primero los lugares de la casa que más les gustan y alternan buscando el más tranquilo o caliente. Es difícil evitar que duerma en nuestra cama, a no ser que se le prohiba el paso a las habitaciones. Por eso, habremos de elegir un lugar tranquilo en la casa para colocarle su cama.
Preferiblemente no en los dormitorios (de los niños sobre todo). Resulta ideal un rincón de algún cuarto tipo despacho, cuarto de estudio o en el salón, cerca de algún radiador o estufa que funcione durante el día.
No hay que olvidar, si se coloca su cama en una habitación cerrada, disponer en ella una bandeja de arena o dejar abierta la posibilidad de que acceda a la suya si lo necesita.
Es difícil que se adapten a nuestro horario de descanso, ya que sus horas de sueño las distribuyen a lo largo del día y tienen más actividad nocturna. Lo ideal es cansarlos jugando durante el día si luego queremos descansar por la noche. De todos modos, forma parte de su educación el hacer que nos respeten el sueño.
La bandeja de arena.
La bandeja de arena o cubeta de excrementos es el lugar donde el gato debe aprender a orinar y defecar tras la llegada al hogar. Los gatos, por ser animales muy limpios y con un instinto arraigado, casi con toda seguridad van a acostumbrarse sin problemas al uso de ésta. En el caso de los jóvenes, mientras permanecen con la camada, es su madre la que se dedica a “atusarlos” para provocarles el estímulo necesario que haga que orinen y defequen. Nosotros prácticamente ni vemos sus heces en esta fase. La gata se encarga de limpiarlo todo.
Una vez ya destetados, llegan a nuestra casa y les hemos de proporcionar un lugar seguro y tranquilo para realizar sus necesidades.Preferiblemente no en los dormitorios (de los niños sobre todo). Resulta ideal un rincón de algún cuarto tipo despacho, cuarto de estudio o en el salón, cerca de algún radiador o estufa que funcione durante el día.
No hay que olvidar, si se coloca su cama en una habitación cerrada, disponer en ella una bandeja de arena o dejar abierta la posibilidad de que acceda a la suya si lo necesita.
Es difícil que se adapten a nuestro horario de descanso, ya que sus horas de sueño las distribuyen a lo largo del día y tienen más actividad nocturna. Lo ideal es cansarlos jugando durante el día si luego queremos descansar por la noche. De todos modos, forma parte de su educación el hacer que nos respeten el sueño.
La bandeja de arena.
La bandeja de arena o cubeta de excrementos es el lugar donde el gato debe aprender a orinar y defecar tras la llegada al hogar. Los gatos, por ser animales muy limpios y con un instinto arraigado, casi con toda seguridad van a acostumbrarse sin problemas al uso de ésta. En el caso de los jóvenes, mientras permanecen con la camada, es su madre la que se dedica a “atusarlos” para provocarles el estímulo necesario que haga que orinen y defequen. Nosotros prácticamente ni vemos sus heces en esta fase. La gata se encarga de limpiarlo todo.
La colocaremos en un lugar de poco tránsito y aireado.
Como les gusta rascar en la arena tras haberla manchado, la bandeja ha de ser lo suficientemente grande para el tamaño del gato entero. Lo ideal es usar una pequeña o mediana en su corta edad y de bordes bajos para que puedan entrar fácilmente y pasar luego a bandejas más grandes y de bordes más altos para que no ensucien alrededor.
La limpieza es fundamental para evitar, primero, que el gato se sienta a disgusto y defeque fuera de ella o ensucie otros lugares de la casa, y, segundo, para no dejar que se produzcan infecciones innecesarias por restos de materia orgánica, sobre todo en meses calurosos.
El rascador.
Los gatos necesitan afilar sus uñas. En la naturaleza usan troncos de árbol, plantas herbáceas o vallados de madera. Para evitar que utilicen artículos domésticos en su afilado, es conveniente proporcionarles algún objeto adecuado y enseñarles dónde tienen permitido rascar.
La educación aquí va a jugar un papel muy importante: siempre que pillemos a nuestro gato desde temprana edad rascando en algún mueble o cortina o planta de casa, hay que dejarle claro que no está bien. Existen dos métodos: cogerlos como lo haría su madre de la piel del cuello y llevarlos al lugar que hayamos colocado para ello o lanzarles desde una posición alejada, sin que nos vea, agua con un difusor o pistola de agua. Así se asustan y no lo volverán a intentar en un rato.
Les encantan las sillas de enea o mimbre y las moquetas en particular. En las tiendas especializadas se ofrecen diferentes tipos de rascadores con los que educarlo:
- Los de pared llevan un trocito de moqueta, se usan colocándolos en vertical en algún lugar de la casa donde el gato pueda ir a jugar y rascar.
- Rascador en forma de tubo, cubierto con cuerda y con un juguete colgando de una goma para que llame su atención y jueguen allí.
- Rascadores en forma de estructura de pisos, con juegos incorporados y varias zonas donde rascar. Son un éxito si hay más de un gato en casa. A veces vienen incluso impregnados de sustancias olorosas muy atrayentes para estos animales.
Una buena práctica, siempre que sea posible, es ir al campo y recoger un tronquito ni muy fino ni muy grueso, rodearlo de cuerda de pita y ponerle una base de madera. En el extremo superior se clava una cuerda con una pelota que llame la atención del gato. También se puede comprar una pequeña silla de enea, de las de niños, y dedicarla para que sea donde enseñemos al gato a ir a rascar.
Es esencial colocar bien el rascador, sobre todo los de pared, ya que los gatos también rascan para marcar el territorio y se asustarán si está mal sujeto y se les puede caer encima.
La cesta para el transporte.
Para cualquier viaje, visitas al veterinario e incluso dejarlo encerrado en un momento determinado (ante presencia de gente u otros animales donde no vaya a ser bien recibido) es imprescindible contar con una cesta.
Si pretendemos que nuestro gato salga a pasear debemos acostumbrarlo desde muy joven a la calle, y aun así no es seguro que vaya a gustarle. Los gatos caseros lo pasan mal en terreno desconocido o cuando cambian de lugar, aunque sea sólo por un rato. Por ello es preferible que viajen protegidos dentro de su cesta. También los dueños nos evitamos arañazos innecesarios en caso de salida al veterinario, a la peluquería o cualquier traslado en coche.
Trucos para el uso de la cesta :
- Si dejamos la cesta a su alcance en casa favoreceremos que se meta o la vea como un objeto normal.
- Jugar de vez en cuando con ella no será mala idea para que entre sin miedo en otras ocasiones.
- Hay gatos que incluso la usan como cama si la acolchamos con una toalla o almohadón fino.
Juguetes, cepillos, peines, collares y demás.
Los gatos tienen un espíritu juguetón y vivo. Una simple bola de papel de aluminio los entretiene durante un buen rato. Son cazadores por excelencia y cualquier cosa que se mueva hará que vayan en su busca: ratoncitos de peluche, pelotas con cascabeles dentro, gomas del pelo etc.
En cuanto a los cepillos o peines, existen diferentes tipos según el pelaje.
En general, hay peines de púas metálicas estrechas o más anchas, el peine corta-nudos para los de pelo más largo, el cepillo de cerdas finas y tupido o el de púas de alambre. Los más díscolos en la materia del aseo prefieren el guante, que a la vez que les acaricia sirve para quitarle algún pelo.
Es recomendable acostumbrarles desde pequeños a llevar un collar con una placa que indique el nombre o teléfono de su amo y que tenga un cierre de seguridad en el que la terminación de uno de los encajes sea de goma elástica, por si el gato quedara enganchado en algún sitio.
Con los avances de la tecnología, hoy en día disponemos de gateras para que pueda entrar y salir de la casa sin necesidad de dejar las puertas abiertas. La novedad está en que hay gateras que, mediante un dispositivo electro-magnético colocado en el collar de nuestro gato, le permitirán atravesarla sólo al que lo lleve puesto, no a los del vecindario.
Cuidados básicos del gato.
Llegada al nuevo hogar
- Hay que trasladarlo en su caja o cesta de viaje. Llegado a su nuevo hogar, deje que el gato indague por la casa con toda libertad, que no se sienta cohibido porque se asustará y se esconderá en el primer rincón sin querer salir en un rato.
- Esconda los cables de los electrodomésticos, proteja los mandos de la cocina, retire los utensilios que sean cortantes y ponga los objetos de valor lo más alto posible hasta que lo eduquen a no tocarlos.
- Cuidado con productos de limpieza o tóxicos.
- Resguarde sus plantas preferidas con tela metálica o póngalas en alto de momento, hasta que averigüe si son o no tóxicas para el felino:
Plantas a evitar en casa: Philodendro, Dieffenbachia, Hiedra, Caladium, Adelfa, Azaleas, Ortigas, Poinsetia. Algunas son irritantes, otras alucinógenas y otras provocan trastornos del sistema gastroentérico (vómitos, diarreas, etc.)
Aseo diario.
A pesar de la fama que tienen los gatos, bien merecida, de animales limpios, los propietarios deben ayudar a que esta limpieza sea más fácil y completa. Ello supone una gran ventaja a la hora de descubrir algo que no está bien o ha variado en su manto o sus ojos, por ejemplo.
Su autoacicalamiento diario nos ayuda a saber que se encuentran bien, ya que no hay nada más sintomático de que algo falla cuando el gato se deja o se abandona en estas tareas.
Hay que hacer un breve repaso por:
a) Los ojos: Deben ser brillantes y estar libres de restos de legañas. Para ello los lavaremos con gasas y suero fisiológico para lavado ocular; mejor gasas que algodón, éste deja hebras que pueden molestarle. Servirá perfectamente agua hervida con una pizca de sal si no se dispone de suero. Hay que observar que no estén rojos o haya variado la posición de su tercer párpado.
b) La boca: Los dientes han de permanecen enteros y limpios. Deberíamos limpiarlos con un cepillo y pasta especial una o dos veces por semana, así ayudaríamos a que le duren más y que se mantengan sin sarro o infecciones. Existen dentífricos especiales, pero servirá una solución de clorhexidina (en solución acuosa) para lavárselos de vez en cuando. Los gatos con frecuentes problemas en su dentición deben comer piensos especiales existentes en el mercado.
c) Las orejas: En principio no suelen estar sucias a no ser que haya infecciones por ácaros, que dan bastante picor, u otitis por otros motivos. Entonces debemos acudir al veterinario. Existen limpiadores auriculares especiales que permiten la desinfección de los oídos por dentro sin introducir palitos (bastoncillos) con agua oxigenada o alcohol.
( Oti- can, limpiador auditivo de perros y gatos )
d) Las uñas: Deben revisarse y cortarse a menudo. Los cortaúñas de los gatos se adquieren en tiendas especializadas y sólo un profesional debe enseñarnos a hacerles el corte. Otra opción es eliminarlas quirúrgicamente.
¿Se quitan las uñas?
Sí, se pueden extirpar, pero es una práctica no deseada por casi ningún profesional, aunque puede hacerse en caso necesario y extremo. Consiste en la amputación de la última falange del gato donde nace la uña o en el corte de los ligamentos que hacen que el gato las extraiga, pero ambas son poco recomendables por lo que sufren a causa de un post-operatorio bastante doloroso que requiere la administración de analgésicos.
Pensemos que son su única defensa en el mundo exterior y forman parte de su integridad física. Existen casos donde es irremediable y el veterinario nos aconsejará lo mejor. Está claro que para un animal al que no se le va a sacar de una vivienda en la ciudad, será menos traumático que para aquél que va al campo de vez en cuando. Por supuesto, el gato sin uñas está más indefenso que el resto en el mundo exterior. Eso habría que tenerlo muy en cuenta. Hay países donde esta práctica no está admitida.
Conviene, antes que eliminarlas, mantener las uñas cortas, si nuestro gato ya es adulto o no las desgasta. Si no nos sentimos capaces de cortarlas o el gato no nos deja, es mejor acudir al veterinario.
El manto o pelaje
Los de pelo largo, a diferencia que en plena naturaleza, realizan varias mudas de pelo al año. Hay que cepillarlos a diario para lograr que su manto se muestre brillante y lustroso y evitar que se trague él mismo el pelo muerto. Se les puede cepillar con peine de púas que elimine restos sueltos y espolvorear polvos de talco (si son de capa blanca) para después pasarle el cepillo de púas o peines más fino en función del lugar del cuerpo.
Hay que detenerse en revisar todo el cuerpo, especialmente axilas, abdomen y detrás de las patas traseras, ya que es donde aparecerán más nudos. Se necesita paciencia y no a todos les divierte, pero si se les acostumbra, luego nos lo agradecen. Para algunos es como un juego y nos harán pasar un buen rato. Para la cara nos será útil un cepillo de dientes suave.
Recuerde premiar siempre al gato con caricias y mimos mientras lo asea y con alguna golosina al acabar si es poco dócil para ir aficionándolo.
Los de pelo corto son más sencillos, un simple guante o cepillo de cerdas suaves una vez a la semana será suficiente. Después del cepillado, con una gamuza o trapo de tela se les saca brillo y se eliminan restos.
Recuerde: si su gato sufre abandono en su aseo y usted tampoco le ayuda, llegará a tener el pelo tan anudado que será mejor que un profesional lo retire rasurándolo, ya que esos nudos en la piel favorecerán la aparición de infecciones o parásitos.
El baño
Los gatos no son muy amigos del agua, lo más normal es que opongan resistencia al baño, hay que acostumbrarlos desde pequeños. Si son adultos, resultará difícil bañarles, pero tampoco es indispensable, a no ser por prescripción veterinaria o necesidad mayor.
Los productos que debemos usar para el lavado de su manto, sea cual sea, deben ser específicos para gatos. No son los mismos que los de los hombres, ya que pueden alterar el ph de su piel y provocar alteraciones que lo predispongan, con el uso continuado, a problemas dermatológicos. Con mucho mayor interés utilizaremos productos especiales si ya sufre alguna patología.
Pasos a seguir:
1. El mejor sitio es una pila del baño o el fregadero; llenaremos un poco el fondo con agua templada, más cercana a su temperatura corporal, y dejaremos al gato apoyándose sobre las cuatro patas para que no se asuste demasiado.
2. Hay que intentar sujetarlo, pero no forzándolo demasiado, para que no nos arañe y salga despedido. Iremos mojándolo poco a poco con la mano o con la ayuda de alguna esponja suave y lo bañaremos acariciándolo pero sin soltarlo.
3. No utilizar la ducha ni secadores la primera vez, porque si no será la última. Tendremos una toalla preparada para secarlo lo antes posible.
4. Si no está muy asustado, una vez seco, lo peinaremos poco a poco. Nunca hay que dejarlo húmedo a no ser que sea verano y la temperatura lo permita.
Tanto el baño como el cepillado continuo evitan que los gatos traguen bolas de pelo en su aseo personal. Si esto sucede, el gato puede vomitar fragmentos de pelo en forma de salchicha o eliminarlos en las heces. No todos tienen esta facilidad y para algunos supone un problema mayor. Si el pelo le provoca estreñimiento y no puede expulsarlo, podemos intentar resolverlo dando a tomar a nuestro gato aceite de parafina o un preparado de malta, que es un gel especial para estos casos a base de extracto de aceite de malta y vitaminas, dos o tres veces al día, durante un par de días. Si el problema persiste o no estamos muy seguros de poder administrar alguna de estas soluciones, lo mejor es llevarlo al veterinario.
En otros casos, la hierba fresca también le ayudará a regurgitar pelos, lo que comúnmente llamamos purga. No todas las hierbas sirven para esta función, existen en las tiendas semillas de hierba especial para los gatos que podemos plantar en casa nosotros mismos.
Los de pelo corto son más sencillos, un simple guante o cepillo de cerdas suaves una vez a la semana será suficiente. Después del cepillado, con una gamuza o trapo de tela se les saca brillo y se eliminan restos.
Recuerde: si su gato sufre abandono en su aseo y usted tampoco le ayuda, llegará a tener el pelo tan anudado que será mejor que un profesional lo retire rasurándolo, ya que esos nudos en la piel favorecerán la aparición de infecciones o parásitos.
El baño
Los gatos no son muy amigos del agua, lo más normal es que opongan resistencia al baño, hay que acostumbrarlos desde pequeños. Si son adultos, resultará difícil bañarles, pero tampoco es indispensable, a no ser por prescripción veterinaria o necesidad mayor.
Los productos que debemos usar para el lavado de su manto, sea cual sea, deben ser específicos para gatos. No son los mismos que los de los hombres, ya que pueden alterar el ph de su piel y provocar alteraciones que lo predispongan, con el uso continuado, a problemas dermatológicos. Con mucho mayor interés utilizaremos productos especiales si ya sufre alguna patología.
Pasos a seguir:
1. El mejor sitio es una pila del baño o el fregadero; llenaremos un poco el fondo con agua templada, más cercana a su temperatura corporal, y dejaremos al gato apoyándose sobre las cuatro patas para que no se asuste demasiado.
2. Hay que intentar sujetarlo, pero no forzándolo demasiado, para que no nos arañe y salga despedido. Iremos mojándolo poco a poco con la mano o con la ayuda de alguna esponja suave y lo bañaremos acariciándolo pero sin soltarlo.
3. No utilizar la ducha ni secadores la primera vez, porque si no será la última. Tendremos una toalla preparada para secarlo lo antes posible.
4. Si no está muy asustado, una vez seco, lo peinaremos poco a poco. Nunca hay que dejarlo húmedo a no ser que sea verano y la temperatura lo permita.
Tanto el baño como el cepillado continuo evitan que los gatos traguen bolas de pelo en su aseo personal. Si esto sucede, el gato puede vomitar fragmentos de pelo en forma de salchicha o eliminarlos en las heces. No todos tienen esta facilidad y para algunos supone un problema mayor. Si el pelo le provoca estreñimiento y no puede expulsarlo, podemos intentar resolverlo dando a tomar a nuestro gato aceite de parafina o un preparado de malta, que es un gel especial para estos casos a base de extracto de aceite de malta y vitaminas, dos o tres veces al día, durante un par de días. Si el problema persiste o no estamos muy seguros de poder administrar alguna de estas soluciones, lo mejor es llevarlo al veterinario.
En otros casos, la hierba fresca también le ayudará a regurgitar pelos, lo que comúnmente llamamos purga. No todas las hierbas sirven para esta función, existen en las tiendas semillas de hierba especial para los gatos que podemos plantar en casa nosotros mismos.
SALUD DEL GATO
La salud del gato es sensible sobre todo a las enfermedades de origen vírico y de difícil tratamiento, si es que éste existe. La prevención es clave y la vacuna supone la única posibilidad de respuesta por parte del organismo de nuestro animal.
Parámetros de su biología.
Se suele comparar la edad de los gatos con la de los humanos, multiplicando por siete cada año felino. Aunque esto no es cierto del todo, existen diferentes tablas que nos afinan más la correspondencia.
Enfermedades más frecuentes.
1- Panleucopenia felina:
Enfermedad de origen vírico que causa problemas gastrointestinales (vómitos, diarreas y pérdidas de peso). Si sucede en gatos jóvenes, el peligro es mayor.
No asociada a otra enfermedad vírica, tiene tratamiento sintomático y puede evolucionar de manera positiva. Existe vacuna, que no debe inocularse en hembras gestantes o gatos menores de 4 meses.
2- Rinotraqueitis y Coriza.
Ambas enfermedades provocan signos respiratorios tanto en orificios nasales como en vías respiratorias, conjuntivitis y úlceras en boca.
Es frecuente que aparezcan en gatos jóvenes de la calle o en camadas sin vacunación alguna. Tienen tratamiento sintomático, pero pueden dejar secuelas en el animal. El Coriza se debe fundamentalmente a la acción de un herpesvirus y un calicivirus.
3- La clamidiasis:
Es una enfermedad bacteriana que provoca rinitis y conjuntivitis. Es difícil de solucionar si está acompañada de lesiones por virus del coriza. Los gatos que parecen estar curados pueden ser durante mucho tiempo portadores de la bacteria.
4- Leucemia felina:
El virus de la leucemia felina (FeLV) se transmite entre los gatos por contacto directo de saliva o secreciones nasales de gatos enfermos (lamidos o compartir platos de comida). Hay gatos que desarrollan una infección latente, otros mueren por la enfermedad y otros son virémicos transitorios (con presencia del virus en sangre).
Pueden aparecer distintos síndromes clínicos debidos al virus, a la inmunosupresión que éste provoca y a las infecciones secundarias. Los síntomas varían desde anorexia (pérdida de apetito), decaimiento, linfadenopatías (problemas linfáticos), diarreas, problemas de tipo respiratorio y linfomas. El pronóstico es reservado, aunque la mayoría mueren en 2-3 años. De ahí la importancia de su vacunación.
5- Inmunodeficiencia felina:
También se contagia por contacto directo entre los gatos afectados y gatos sanos (realmente el contagio es por mordiscos entre ellos). Suelen estar más afectados los machos por las peleas. En una primera fase aparecen fiebre, linfadenopatía y alteraciones sanguíneas. Produce un estado de inmunodeficiencia similar al SIDA en los humanos tras meses o años. Las infecciones secundarias son a menudo las que provocan la muerte del gato. No hay vacunas ni tratamiento efectivo.
6- Peritonitis infecciosa felina:
Es un coronavirus el agente causal de esta enfermedad que se transmite por las secreciones oronasales y las heces de gatos infectados. Pueden presentar variedad de síntomas: signos compatibles con infecciones de las vías respiratorias, fiebre, vómitos, diarreas. Lo sufren normalmente individuos jóvenes o menores de cinco años. Puede padecerse de una _forma efusiva_, con acumulo de líquido en abdomen entre otras alteraciones, y de forma _no efusiva_, que cursa con alteraciones oculares y/o alteraciones del sistema. Existe vacuna de administración intranasal.
Los signos o síntomas que nos sugieren esta enfermedad son:
- Gato de raza pura; menor de 5 años o mayores de 10.
- Adquirido en criadero o en residencia de animales.
- Anorexia (falta de apetito), pérdida de peso y convulsiones.
- Fallos en la reproducción.
- Analítica positiva al virus de la leucemia.
- Pleuritis, fiebre, distensión abdominal, ictericia, aumento del bazo y del hígado.
7- Rabia:
Enfermedad extinguida actualmente en España. Es de origen vírico y se transmite por mordeduras de animales infectados. El virus avanza por el sistema nervioso del animal y llega al cerebro apareciendo los signos claros de la enfermedad. Produce distintos cuadros clínicos (desde agresividad a letargia). Su vacunación es obligada para viajar al exterior del país y muy aconsejada en todas las ciudades, aunque no obligatoria en algunas regiones. Es una zoonosis y podría contagiarse al hombre.
Calendario de vacunaciones.
Primera Vacuna: Trivalente felina. 9-10 semanas. Se trata de una vacuna contra dos enfermedades víricas respiratorias (Rinotraqueitis, Calicivirus) y una digestiva la Panleucopenia.
Segunda Vacuna: Leucemia felina 12 semanas. Se trata de una enfermedad vírica importante en gatos.
Revacunación:
Tercera Vacuna: Pentavalente. 15 semanas. Se trata de una revacunación de las anteriores.
Cuarta Vacuna: P.I.F. a partir de las 16 semanas. Se trata de la vacuna frente a la Peritonitis Infecciosa Felina. Se revacuna al mes.
En total son cuatro vacunas el primer año, que se convierten en sólo dos al año siguiente ya que:
Anualmente:
1. Revacunación de trivalente + leucemia
2. Revacunación de P.I.F.
La rabia es una enfermedad frente a la cual existe vacunación y aunque no es obligatoria en gatos en nuestro país, sí muy aconsejada. Su origen es también vírico y causa una encefalitis. Sí es obligada en otros países vecinos y su vacunación se realiza a partir de los tres meses o una vez finalizadas las anteriores. Es indispensable para viajar al extranjero.
Advertencia: Casi todas las vacunas comentadas se inoculan mediante inyección subcutánea, a diferencia de la del P.I.F., que es intranasal. Es decir, se aplica mediante unas gotas que se instilan en la nariz o se introducen por boca. Esto es debido al mecanismo de entrada y modo de acción del agente causal de dicha enfermedad.
Longevidad.
En realidad, la vida media del gato es de 14 a 16 años, aunque los hay que llegan a los 21 años. Los siameses y europeos suelen ser las razas más longevas. Por supuesto, influirán mucho los cuidados que durante su vida a nuestro lado les ofrezcamos. Como norma general, existen varios puntos que deberíamos atender para hacer de su vida, si no más larga, sí mejor:
- Buena y adecuada alimentación según su edad y estado fisiológico.
- Aseo e higiene diarios: De todos es sabido que una inspección diaria de ojos, oídos, manto de pelo, patas e incluso la boca va a darnos mucha información respecto a los cambios de nuestro gato. La higiene es un punto muy importante en su vida, él lo va a agradecer.
- Mantener todos sus utensilios libres de suciedad, lavar la caja de arena, desinfectar sus platos o cuencos de comida le evitarán infecciones o contagios innecesarios.
- Consultar periódicamente al veterinario y realizar algún chequeo nos va a evitar sorpresas innecesarias y difíciles de resolver en algunos casos.
- Evitar contactos con gatos callejeros o recogidos sin conocer su procedencia o estado de salud. Sobre todo en gatos de ciudad, evitar salidas a la calle incontroladas que pueden terminar de forma desagradable.
- Vacunarlo y revacunarlo según la edad y recomendaciones del veterinario. Si es recogido de la calle, tendremos que comprobar primero ciertas enfermedades antes de ello. Por supuesto, lo desparasitaremos nada más llegar a casa, según indicaciones de un profesional.
Enfermedades comunes.
Parásitos gastrointestinales.
Los gusanos intestinales (más frecuentes de lo que se piensa) privan al gato de la principal fuente nutritiva, pueden producir cólicos, náuseas, vómitos, diarreas, anemias y fuertes irritaciones y lesiones en el aparato gastrointestinal. La madre puede transmitirlos a sus cachorros con anterioridad al parto o a través de la lactancia.
Ascáris, anquilostomas, tenias, etc. son además transmisibles al hombre, por lo que se hace imprescindible seguir un correcto programa de desparasitación (periódica y preventiva).
Éste comenzará desde prácticamente recién nacido y se extenderá a lo largo de toda su vida. Hoy en día disponemos de productos que de una manera sencilla y cómoda nos ayudan a combatir con seguridad estos molestos y peligrosos parásitos.
Por otro lado, para evitar el riesgo de transmisión al hombre habría que tener en cuenta varios aspectos:
- Recoger y eliminar los excrementos de los animales en la basura.
- Lavarnos las manos tras tocar a las mascotas y especialmente antes de comer, evitar a los niños la ingestión de tierra así como el jugar y chupar objetos o juguetes que hayan contactado con jardines, evitar que los animales nos chupen la cara, lavar muy bien las verduras crudas, evitar la ingestión de carnes poco cocinadas.
Parásitos externos.
- Pulgas
Pequeños insectos chupadores de sangre, sólo algunas de las especies existentes afectan a los gatos y de éstas unas pocas pueden trasmitirlas a las personas. Pasan una parte de su ciclo vital sobre el gato alimentándose y otra parte del ciclo en el ambiente en que se reproducen.
Los síntomas que pueden hacernos pensar que nuestro gato está parasitado por pulgas son:
- Examinando meticulosamente su pelaje podremos llegar a ver esos bichitos oscuros, de 1-2 milímetros de longitud, que escapan rápidamente de nuestra vista y se refugian especialmente en área perineal, ingles, abdomen y lomo. También es signo inequívoco el encontrar sus excrementos, puntitos negros, como arenilla, en la base de cualquier pelo y a menudo en la cabeza, barbilla, cuello y espalda.
- Por el comportamiento del gato: se muestra inquieto, nervioso, gira de golpe la cabeza, se mordisquea y rasca desesperado.
La prevención o el ataque a las pulgas debe hacerse en dos frentes:
Animal :
En los gatos que viven en apartamentos alejados de jardines y de otros animales domésticos, a veces nunca vemos pulgas ni otros parásitos. Sin embargo, es recomendable utilizar durante los meses cálidos algún sistema preventivo y sobre todo mucha vigilancia. En los que salen a la calle y contactan con otros animales se hace absolutamente imprescindible el uso de collares, sprays o pipetas spot-on antiparásitos que, en general hacen un efecto barrera porque las inhiben y además, si llegan a picar, las matan.
Entorno:
Es importantísimo mantenerlo limpio si recordamos que las pulgas pasan gran parte de su ciclo vital sobre el suelo (mantas, alfombras, la bandeja de los excrementos, basuras...) y en él crían del orden de 50 huevos al día. Para ello se recomienda ventilar, sacudir todas las mantas y cojines y lavar todos los tejidos que no se estropeen en la lavadora. Al resto, pasarles el aspirador, limpiar todos los suelos e incluso fregar con lejía en suelos que lo admitan. Existen potentes insecticidas específicos de entorno.
- Garrapatas.
Parásitos chupadores de sangre, existen muchas especies que podemos encontrarlas en nuestro país,. De éstas, algunas afectan de forma específica a cada tipo de animal y otras pueden ser compartidas. Pueden afectar al hombre, pero no por saltarnos directamente desde el gato sino por, como sucede con la pulga, llegar desde el ambiente.
Una vez saltan al animal desde el suelo, vagan por su cuerpo hasta encontrar la localización adecuada (que suele ser únicamente la cabeza, ya que en cualquier otra zona la arrancarían con la lengua y los dientes). Una vez allí introducen un aparato chupador (de forma indolora) y se quedan _enganchadas_ durante muchas horas mientras se alimentan. Si no son detectadas, cuando se sienten satisfechas y el felino sale nuevamente al campo, se desprenden voluntariamente para caer al suelo y continuar su ciclo.
Aunque son poco frecuentes en los gatos, para detectar si el nuestro tiene alguna garrapata debemos hacer un meticuloso examen de su piel, palpando a contra-pelo y con las yemas de los dedos, a la búsqueda de pequeños nodulitos (el tamaño puede oscilar desde la cabeza de un alfiler hasta una alubia de más de un centímetro de longitud).
Si encontramos alguna, la forma de extraerla es: atontarlas ligeramente con un algodón empapado en alcohol o aceite durante unos segundos y a continuación, con finas pinzas, extraerlas desde la parte más cercana a la piel del gato para que salga entera (se trata de no romper el cuerpo de la garrapata y que pueda quedar el aparato chupador en la piel del gato). Luego hay que matarla quemándola o en un frasco de alcohol, porque si la dejamos viva o la aplastamos en el suelo estamos diseminando sus huevos.
La creencia popular mantiene que si arrancamos mal una garrapata y queda su cabeza adherida al gato, éste se pondrá muy enfermo. Es cierto que si eso ocurre estamos dejando una vía abierta en la piel con mayor riesgo de infección, pero también en casos de garrapatas muy bien eliminadas o incluso en las que voluntariamente se han soltado puede formarse un nódulo o quiste como reacción del organismo del animal a la picadura del parásito.
A lo que sí debemos temer, por resultar un problema grave, es a la transmisión de ciertas enfermedades por parte de algunas garrapatas. Pero si tenemos la mala suerte de que la garrapata que pica a nuestra mascota (o a un ser humano) está a su vez infectada por ciertos virus, es muy posible que nos los inocule provocando graves enfermedades (como la Babesiosis). A este respecto, recientes estudios indican que es mejor eliminar la garrapata sin tocarla más que en un único y rápido movimiento en el que, con unas pinzas y desde la piel del gato, la extraemos entera, sin darle tiempo a escupir su saliva con virus.
( Garrapata desovando )
Resulta, pues, obvio que lo importante no es cómo quitar la garrapata, sino evitar que llegue a picar.
La prevención se realiza de forma similar a las pulgas:
- Animal :
Mediante collares, sprays o pipetas spot-on: antiparásitos tanto de pulgas como de garrapatas
- Entorno :
Puesto que, como la pulga, pasan gran parte de su ciclo vital sobre el suelo y de hecho la hembra preñada salta de su huésped para irse a poner los huevos en el ambiente, ante la más mínima sospecha de que esto pueda haber sucedido en nuestro hogar hay que ventilar, sacudir todas las mantas y cojines y lavar todos los tejidos que no se estropeen en la lavadora. Al resto, pasarles el aspirador así como a todos los suelos e incluso la fregona con lejía en suelos que lo admitan. Recordar que disponemos de potentes insecticidas de entorno.
- Para los excursionistas, montañeros, cazadores: Recientes estudios recomiendan llevar las piernas bien tapadas en nuestras salidas al campo, introduciendo el extremo de los pantalones en medias altas, de manera que los parásitos no accedan a nuestra piel. Igualmente se recomienda echar un poco de spray (del gato) en botas o pantalón.
-Sarna:
Enfermedades de la piel producidas por unos parásitos denominados ácaros. Puede haber varios tipos que causen enfermedad en los animales o el hombre:
- Sarcoptes scabiei (Sarna sarcóptica)
- Cheyletiella (Cheyletiellosis)
- Otodectes (Sarna otodéctica o de la oreja).
Aunque con algunas variaciones entre ellas, en general podemos considerar que se trata de parásitos oportunistas, que están presentes en un número muy limitado en los animales sanos y que proliferan causando enfermedad en estados de bajas defensas, animales jóvenes y enfermizos. Sin embargo, una vez instaurada la enfermedad en algún animal, éste se convierte en una potente fuente de parásitos y suele ser bastante contagioso.
Son síntomas típicos de sarna en el gato el enrojecimiento de la piel, la aparición de costras e intenso prurito. El diagnóstico exacto solo puede hacerse mediante raspado de la piel dañada y detección del parásito al microscopio.
Los tratamientos suelen consistir en baños o nebulizaciones con productos específicos. A veces ayudados de ciertos medicamentos inyectados, no deben constituir un problema excesivamente serio, aunque suelen hacerse largos e incluyen una obligada desinfección lo más exhaustiva posible del entorno.
- Hongos (Micosis).
Son organismos vegetales que han desarrollado la capacidad de parasitar a otros organismos para alimentarse. Muy pocos de todos los existentes pueden crecer en los animales o el hombre. De forma similar a las sarnas, se trata de seres con los que estamos en contacto permanente, normalmente sin que causen enfermedad, y que en ciertos momentos de bajadas de defensas o en cachorritos débiles suelen atacar. De hecho, el gato joven, recién destetado y un poco debilitado, es el animal que más frecuentemente sufre de micosis.
Las formas clínicas:
- forma localizada: Los síntomas más frecuentes son pocas manchitas circulares con caída de pelo, generalmente con cierta descamación.
Primeros auxilios
Apatía, falta de apetito, menos actividad de lo normal, carácter huidizo o por el contrario búsqueda de nuestro contacto, son los primeros signos de que a nuestro gato le pasa algo son:
Pasos a seguir:
- Toma de temperatura
- Observar el color de sus mucosas (ojos y boca)
- Toma de pulso
- Observar si aparecen nauseas, salivación, si ha defecado y/o orinado anteriormente. Asegurarnos de que todo sea normal y que no hay diarreas y/o sangre en orina o heces.
- Ver si existen heridas en el cuerpo o nódulos calientes en alguna zona del lomo, cortes o cojeras en alguna pata
- Observar su respiración: Ver si es normal o está acelerada, si existen estornudos, goteo nasal o supuración extraña.
- Fijarnos en el aspecto de los ojos: si están enrojecidos o ha variado su color y tamaño, si hay legañas, si están asimétricos, etc.
Toma de temperatura
Se realiza con ayuda de otra persona y siempre por vía rectal. Alguien sujetará la cabeza del gato por el pescuezo sin permitir que se gire para morder, y la otra persona levantará el rabo e introducirá el termómetro por el orificio anal, apoyándolo en el lateral para no tomar la temperatura de las heces si las hubiera. Puede usarse un termómetro habitual de mercurio pero será más cómodo y rápido con uno digital (además, los termómetros de mercurio no son aconsejables como instrumentos domésticos por el riesgo de que se rompan y se entre en contacto con el metal). La temperatura normal del gato es de 38,5 grados hasta 39. Si sobrepasa esta medición, consulte a su veterinario. No administre antipiréticos orales (fármacos para bajar la fiebre) al gato sin consultarlo porque pueden resultarle tóxicos.
Observación del color de las mucosas
Se realiza en la mucosa oral y en la palpebral del ojo. Levante suavemente y sin asustarlo el hocico del gato hasta comprobar el color de las encías. Si éste es muy pálido o casi blanco, hable con su veterinario. Este signo, acompañado de otros síntomas, puede significar desde dolor hasta problemas sistémicos graves. Aprenda y acostúmbrese a ésta práctica cuando el gato esté sano y así nos evitaremos sustos innecesarios. La mucosa palpebral se mirará bajando el párpado inferior suavemente hasta ver el color del interior.
Toma del pulso
Se puede intentar palpar el pulso del gato en la cara interior del muslo, en la pata trasera. Debe ser firme y fuerte. Esta práctica no es del todo fácil si no se está acostumbrado a tomarlo, pero se puede intentar, ya que es indolora y rápida.
orma difusa: Con afección de la piel y pelo de manera global. Bastante común en cachorritos de gatos persas con un único síntoma de presencia de caspa distribuida en pequeñas manchas, con mechones a veces fáciles de arrancar con la mano.
- portadores asintomáticos: Aparentemente sanos, sin ningún signo clínico.
Los tratamientos suelen consistir en champús especiales y cremas o pomadas tópicas. En casos de reincidencias o animales sospechosos de ser portadores, recurrimos a tratamientos sistémicos a base de comprimidos de unas tres semanas.
Enfermedades más frecuentes.
1- Panleucopenia felina:
Enfermedad de origen vírico que causa problemas gastrointestinales (vómitos, diarreas y pérdidas de peso). Si sucede en gatos jóvenes, el peligro es mayor.
No asociada a otra enfermedad vírica, tiene tratamiento sintomático y puede evolucionar de manera positiva. Existe vacuna, que no debe inocularse en hembras gestantes o gatos menores de 4 meses.
2- Rinotraqueitis y Coriza.
Ambas enfermedades provocan signos respiratorios tanto en orificios nasales como en vías respiratorias, conjuntivitis y úlceras en boca.
Es frecuente que aparezcan en gatos jóvenes de la calle o en camadas sin vacunación alguna. Tienen tratamiento sintomático, pero pueden dejar secuelas en el animal. El Coriza se debe fundamentalmente a la acción de un herpesvirus y un calicivirus.
3- La clamidiasis:
Es una enfermedad bacteriana que provoca rinitis y conjuntivitis. Es difícil de solucionar si está acompañada de lesiones por virus del coriza. Los gatos que parecen estar curados pueden ser durante mucho tiempo portadores de la bacteria.
4- Leucemia felina:
El virus de la leucemia felina (FeLV) se transmite entre los gatos por contacto directo de saliva o secreciones nasales de gatos enfermos (lamidos o compartir platos de comida). Hay gatos que desarrollan una infección latente, otros mueren por la enfermedad y otros son virémicos transitorios (con presencia del virus en sangre).
Pueden aparecer distintos síndromes clínicos debidos al virus, a la inmunosupresión que éste provoca y a las infecciones secundarias. Los síntomas varían desde anorexia (pérdida de apetito), decaimiento, linfadenopatías (problemas linfáticos), diarreas, problemas de tipo respiratorio y linfomas. El pronóstico es reservado, aunque la mayoría mueren en 2-3 años. De ahí la importancia de su vacunación.
5- Inmunodeficiencia felina:
También se contagia por contacto directo entre los gatos afectados y gatos sanos (realmente el contagio es por mordiscos entre ellos). Suelen estar más afectados los machos por las peleas. En una primera fase aparecen fiebre, linfadenopatía y alteraciones sanguíneas. Produce un estado de inmunodeficiencia similar al SIDA en los humanos tras meses o años. Las infecciones secundarias son a menudo las que provocan la muerte del gato. No hay vacunas ni tratamiento efectivo.
6- Peritonitis infecciosa felina:
Es un coronavirus el agente causal de esta enfermedad que se transmite por las secreciones oronasales y las heces de gatos infectados. Pueden presentar variedad de síntomas: signos compatibles con infecciones de las vías respiratorias, fiebre, vómitos, diarreas. Lo sufren normalmente individuos jóvenes o menores de cinco años. Puede padecerse de una _forma efusiva_, con acumulo de líquido en abdomen entre otras alteraciones, y de forma _no efusiva_, que cursa con alteraciones oculares y/o alteraciones del sistema. Existe vacuna de administración intranasal.
Los signos o síntomas que nos sugieren esta enfermedad son:
- Gato de raza pura; menor de 5 años o mayores de 10.
- Adquirido en criadero o en residencia de animales.
- Anorexia (falta de apetito), pérdida de peso y convulsiones.
- Fallos en la reproducción.
- Analítica positiva al virus de la leucemia.
- Pleuritis, fiebre, distensión abdominal, ictericia, aumento del bazo y del hígado.
7- Rabia:
Enfermedad extinguida actualmente en España. Es de origen vírico y se transmite por mordeduras de animales infectados. El virus avanza por el sistema nervioso del animal y llega al cerebro apareciendo los signos claros de la enfermedad. Produce distintos cuadros clínicos (desde agresividad a letargia). Su vacunación es obligada para viajar al exterior del país y muy aconsejada en todas las ciudades, aunque no obligatoria en algunas regiones. Es una zoonosis y podría contagiarse al hombre.
Calendario de vacunaciones.
Primera Vacuna: Trivalente felina. 9-10 semanas. Se trata de una vacuna contra dos enfermedades víricas respiratorias (Rinotraqueitis, Calicivirus) y una digestiva la Panleucopenia.
Segunda Vacuna: Leucemia felina 12 semanas. Se trata de una enfermedad vírica importante en gatos.
Revacunación:
Tercera Vacuna: Pentavalente. 15 semanas. Se trata de una revacunación de las anteriores.
Cuarta Vacuna: P.I.F. a partir de las 16 semanas. Se trata de la vacuna frente a la Peritonitis Infecciosa Felina. Se revacuna al mes.
En total son cuatro vacunas el primer año, que se convierten en sólo dos al año siguiente ya que:
Anualmente:
1. Revacunación de trivalente + leucemia
2. Revacunación de P.I.F.
La rabia es una enfermedad frente a la cual existe vacunación y aunque no es obligatoria en gatos en nuestro país, sí muy aconsejada. Su origen es también vírico y causa una encefalitis. Sí es obligada en otros países vecinos y su vacunación se realiza a partir de los tres meses o una vez finalizadas las anteriores. Es indispensable para viajar al extranjero.
Advertencia: Casi todas las vacunas comentadas se inoculan mediante inyección subcutánea, a diferencia de la del P.I.F., que es intranasal. Es decir, se aplica mediante unas gotas que se instilan en la nariz o se introducen por boca. Esto es debido al mecanismo de entrada y modo de acción del agente causal de dicha enfermedad.
Longevidad.
En realidad, la vida media del gato es de 14 a 16 años, aunque los hay que llegan a los 21 años. Los siameses y europeos suelen ser las razas más longevas. Por supuesto, influirán mucho los cuidados que durante su vida a nuestro lado les ofrezcamos. Como norma general, existen varios puntos que deberíamos atender para hacer de su vida, si no más larga, sí mejor:
- Buena y adecuada alimentación según su edad y estado fisiológico.
- Aseo e higiene diarios: De todos es sabido que una inspección diaria de ojos, oídos, manto de pelo, patas e incluso la boca va a darnos mucha información respecto a los cambios de nuestro gato. La higiene es un punto muy importante en su vida, él lo va a agradecer.
- Mantener todos sus utensilios libres de suciedad, lavar la caja de arena, desinfectar sus platos o cuencos de comida le evitarán infecciones o contagios innecesarios.
- Consultar periódicamente al veterinario y realizar algún chequeo nos va a evitar sorpresas innecesarias y difíciles de resolver en algunos casos.
- Evitar contactos con gatos callejeros o recogidos sin conocer su procedencia o estado de salud. Sobre todo en gatos de ciudad, evitar salidas a la calle incontroladas que pueden terminar de forma desagradable.
- Vacunarlo y revacunarlo según la edad y recomendaciones del veterinario. Si es recogido de la calle, tendremos que comprobar primero ciertas enfermedades antes de ello. Por supuesto, lo desparasitaremos nada más llegar a casa, según indicaciones de un profesional.
Enfermedades comunes.
Parásitos gastrointestinales.
Los gusanos intestinales (más frecuentes de lo que se piensa) privan al gato de la principal fuente nutritiva, pueden producir cólicos, náuseas, vómitos, diarreas, anemias y fuertes irritaciones y lesiones en el aparato gastrointestinal. La madre puede transmitirlos a sus cachorros con anterioridad al parto o a través de la lactancia.
Ascáris, anquilostomas, tenias, etc. son además transmisibles al hombre, por lo que se hace imprescindible seguir un correcto programa de desparasitación (periódica y preventiva).
Éste comenzará desde prácticamente recién nacido y se extenderá a lo largo de toda su vida. Hoy en día disponemos de productos que de una manera sencilla y cómoda nos ayudan a combatir con seguridad estos molestos y peligrosos parásitos.
Por otro lado, para evitar el riesgo de transmisión al hombre habría que tener en cuenta varios aspectos:
- Recoger y eliminar los excrementos de los animales en la basura.
- Lavarnos las manos tras tocar a las mascotas y especialmente antes de comer, evitar a los niños la ingestión de tierra así como el jugar y chupar objetos o juguetes que hayan contactado con jardines, evitar que los animales nos chupen la cara, lavar muy bien las verduras crudas, evitar la ingestión de carnes poco cocinadas.
Parásitos externos.
- Pulgas
Pequeños insectos chupadores de sangre, sólo algunas de las especies existentes afectan a los gatos y de éstas unas pocas pueden trasmitirlas a las personas. Pasan una parte de su ciclo vital sobre el gato alimentándose y otra parte del ciclo en el ambiente en que se reproducen.
Los síntomas que pueden hacernos pensar que nuestro gato está parasitado por pulgas son:
- Examinando meticulosamente su pelaje podremos llegar a ver esos bichitos oscuros, de 1-2 milímetros de longitud, que escapan rápidamente de nuestra vista y se refugian especialmente en área perineal, ingles, abdomen y lomo. También es signo inequívoco el encontrar sus excrementos, puntitos negros, como arenilla, en la base de cualquier pelo y a menudo en la cabeza, barbilla, cuello y espalda.
- Por el comportamiento del gato: se muestra inquieto, nervioso, gira de golpe la cabeza, se mordisquea y rasca desesperado.
La prevención o el ataque a las pulgas debe hacerse en dos frentes:
Animal :
En los gatos que viven en apartamentos alejados de jardines y de otros animales domésticos, a veces nunca vemos pulgas ni otros parásitos. Sin embargo, es recomendable utilizar durante los meses cálidos algún sistema preventivo y sobre todo mucha vigilancia. En los que salen a la calle y contactan con otros animales se hace absolutamente imprescindible el uso de collares, sprays o pipetas spot-on antiparásitos que, en general hacen un efecto barrera porque las inhiben y además, si llegan a picar, las matan.
Entorno:
Es importantísimo mantenerlo limpio si recordamos que las pulgas pasan gran parte de su ciclo vital sobre el suelo (mantas, alfombras, la bandeja de los excrementos, basuras...) y en él crían del orden de 50 huevos al día. Para ello se recomienda ventilar, sacudir todas las mantas y cojines y lavar todos los tejidos que no se estropeen en la lavadora. Al resto, pasarles el aspirador, limpiar todos los suelos e incluso fregar con lejía en suelos que lo admitan. Existen potentes insecticidas específicos de entorno.
- Garrapatas.
Parásitos chupadores de sangre, existen muchas especies que podemos encontrarlas en nuestro país,. De éstas, algunas afectan de forma específica a cada tipo de animal y otras pueden ser compartidas. Pueden afectar al hombre, pero no por saltarnos directamente desde el gato sino por, como sucede con la pulga, llegar desde el ambiente.
Una vez saltan al animal desde el suelo, vagan por su cuerpo hasta encontrar la localización adecuada (que suele ser únicamente la cabeza, ya que en cualquier otra zona la arrancarían con la lengua y los dientes). Una vez allí introducen un aparato chupador (de forma indolora) y se quedan _enganchadas_ durante muchas horas mientras se alimentan. Si no son detectadas, cuando se sienten satisfechas y el felino sale nuevamente al campo, se desprenden voluntariamente para caer al suelo y continuar su ciclo.
Aunque son poco frecuentes en los gatos, para detectar si el nuestro tiene alguna garrapata debemos hacer un meticuloso examen de su piel, palpando a contra-pelo y con las yemas de los dedos, a la búsqueda de pequeños nodulitos (el tamaño puede oscilar desde la cabeza de un alfiler hasta una alubia de más de un centímetro de longitud).
Si encontramos alguna, la forma de extraerla es: atontarlas ligeramente con un algodón empapado en alcohol o aceite durante unos segundos y a continuación, con finas pinzas, extraerlas desde la parte más cercana a la piel del gato para que salga entera (se trata de no romper el cuerpo de la garrapata y que pueda quedar el aparato chupador en la piel del gato). Luego hay que matarla quemándola o en un frasco de alcohol, porque si la dejamos viva o la aplastamos en el suelo estamos diseminando sus huevos.
La creencia popular mantiene que si arrancamos mal una garrapata y queda su cabeza adherida al gato, éste se pondrá muy enfermo. Es cierto que si eso ocurre estamos dejando una vía abierta en la piel con mayor riesgo de infección, pero también en casos de garrapatas muy bien eliminadas o incluso en las que voluntariamente se han soltado puede formarse un nódulo o quiste como reacción del organismo del animal a la picadura del parásito.
A lo que sí debemos temer, por resultar un problema grave, es a la transmisión de ciertas enfermedades por parte de algunas garrapatas. Pero si tenemos la mala suerte de que la garrapata que pica a nuestra mascota (o a un ser humano) está a su vez infectada por ciertos virus, es muy posible que nos los inocule provocando graves enfermedades (como la Babesiosis). A este respecto, recientes estudios indican que es mejor eliminar la garrapata sin tocarla más que en un único y rápido movimiento en el que, con unas pinzas y desde la piel del gato, la extraemos entera, sin darle tiempo a escupir su saliva con virus.
( Garrapata desovando )
Resulta, pues, obvio que lo importante no es cómo quitar la garrapata, sino evitar que llegue a picar.
La prevención se realiza de forma similar a las pulgas:
- Animal :
Mediante collares, sprays o pipetas spot-on: antiparásitos tanto de pulgas como de garrapatas
- Entorno :
Puesto que, como la pulga, pasan gran parte de su ciclo vital sobre el suelo y de hecho la hembra preñada salta de su huésped para irse a poner los huevos en el ambiente, ante la más mínima sospecha de que esto pueda haber sucedido en nuestro hogar hay que ventilar, sacudir todas las mantas y cojines y lavar todos los tejidos que no se estropeen en la lavadora. Al resto, pasarles el aspirador así como a todos los suelos e incluso la fregona con lejía en suelos que lo admitan. Recordar que disponemos de potentes insecticidas de entorno.
- Para los excursionistas, montañeros, cazadores: Recientes estudios recomiendan llevar las piernas bien tapadas en nuestras salidas al campo, introduciendo el extremo de los pantalones en medias altas, de manera que los parásitos no accedan a nuestra piel. Igualmente se recomienda echar un poco de spray (del gato) en botas o pantalón.
-Sarna:
Enfermedades de la piel producidas por unos parásitos denominados ácaros. Puede haber varios tipos que causen enfermedad en los animales o el hombre:
- Sarcoptes scabiei (Sarna sarcóptica)
- Cheyletiella (Cheyletiellosis)
- Otodectes (Sarna otodéctica o de la oreja).
Aunque con algunas variaciones entre ellas, en general podemos considerar que se trata de parásitos oportunistas, que están presentes en un número muy limitado en los animales sanos y que proliferan causando enfermedad en estados de bajas defensas, animales jóvenes y enfermizos. Sin embargo, una vez instaurada la enfermedad en algún animal, éste se convierte en una potente fuente de parásitos y suele ser bastante contagioso.
Son síntomas típicos de sarna en el gato el enrojecimiento de la piel, la aparición de costras e intenso prurito. El diagnóstico exacto solo puede hacerse mediante raspado de la piel dañada y detección del parásito al microscopio.
Los tratamientos suelen consistir en baños o nebulizaciones con productos específicos. A veces ayudados de ciertos medicamentos inyectados, no deben constituir un problema excesivamente serio, aunque suelen hacerse largos e incluyen una obligada desinfección lo más exhaustiva posible del entorno.
- Hongos (Micosis).
Son organismos vegetales que han desarrollado la capacidad de parasitar a otros organismos para alimentarse. Muy pocos de todos los existentes pueden crecer en los animales o el hombre. De forma similar a las sarnas, se trata de seres con los que estamos en contacto permanente, normalmente sin que causen enfermedad, y que en ciertos momentos de bajadas de defensas o en cachorritos débiles suelen atacar. De hecho, el gato joven, recién destetado y un poco debilitado, es el animal que más frecuentemente sufre de micosis.
Las formas clínicas:
- forma localizada: Los síntomas más frecuentes son pocas manchitas circulares con caída de pelo, generalmente con cierta descamación.
Primeros auxilios
Apatía, falta de apetito, menos actividad de lo normal, carácter huidizo o por el contrario búsqueda de nuestro contacto, son los primeros signos de que a nuestro gato le pasa algo son:
Pasos a seguir:
- Toma de temperatura
- Observar el color de sus mucosas (ojos y boca)
- Toma de pulso
- Observar si aparecen nauseas, salivación, si ha defecado y/o orinado anteriormente. Asegurarnos de que todo sea normal y que no hay diarreas y/o sangre en orina o heces.
- Ver si existen heridas en el cuerpo o nódulos calientes en alguna zona del lomo, cortes o cojeras en alguna pata
- Observar su respiración: Ver si es normal o está acelerada, si existen estornudos, goteo nasal o supuración extraña.
- Fijarnos en el aspecto de los ojos: si están enrojecidos o ha variado su color y tamaño, si hay legañas, si están asimétricos, etc.
Toma de temperatura
Se realiza con ayuda de otra persona y siempre por vía rectal. Alguien sujetará la cabeza del gato por el pescuezo sin permitir que se gire para morder, y la otra persona levantará el rabo e introducirá el termómetro por el orificio anal, apoyándolo en el lateral para no tomar la temperatura de las heces si las hubiera. Puede usarse un termómetro habitual de mercurio pero será más cómodo y rápido con uno digital (además, los termómetros de mercurio no son aconsejables como instrumentos domésticos por el riesgo de que se rompan y se entre en contacto con el metal). La temperatura normal del gato es de 38,5 grados hasta 39. Si sobrepasa esta medición, consulte a su veterinario. No administre antipiréticos orales (fármacos para bajar la fiebre) al gato sin consultarlo porque pueden resultarle tóxicos.
Observación del color de las mucosas
Se realiza en la mucosa oral y en la palpebral del ojo. Levante suavemente y sin asustarlo el hocico del gato hasta comprobar el color de las encías. Si éste es muy pálido o casi blanco, hable con su veterinario. Este signo, acompañado de otros síntomas, puede significar desde dolor hasta problemas sistémicos graves. Aprenda y acostúmbrese a ésta práctica cuando el gato esté sano y así nos evitaremos sustos innecesarios. La mucosa palpebral se mirará bajando el párpado inferior suavemente hasta ver el color del interior.
Toma del pulso
Se puede intentar palpar el pulso del gato en la cara interior del muslo, en la pata trasera. Debe ser firme y fuerte. Esta práctica no es del todo fácil si no se está acostumbrado a tomarlo, pero se puede intentar, ya que es indolora y rápida.
orma difusa: Con afección de la piel y pelo de manera global. Bastante común en cachorritos de gatos persas con un único síntoma de presencia de caspa distribuida en pequeñas manchas, con mechones a veces fáciles de arrancar con la mano.
- portadores asintomáticos: Aparentemente sanos, sin ningún signo clínico.
Los tratamientos suelen consistir en champús especiales y cremas o pomadas tópicas. En casos de reincidencias o animales sospechosos de ser portadores, recurrimos a tratamientos sistémicos a base de comprimidos de unas tres semanas.
EL GATITO-A
Introducción
Decidir si se quiere un gato o una gata sólo dependerá de la predilección del futuro dueño o dueña.
Cada sexo conlleva un comportamiento un tanto diferente. Se suele decir que las hembras son más cariñosas que los machos y más caseras, pero esto difiere de la realidad en muchos casos. Siempre hay excepciones que nos demuestran que cada individuo es particular.
En líneas generales, los machos tienden a escaparse del hogar en la etapa de pubertad en busca de hembras y a marcar la casa como su territorio. No es aconsejable un macho entero (no castrado) en una vivienda urbana si no queremos tener desagradables sorpresas.
En cambio, las hembras, tan cariñosas o más que los machos, tienden a ser más cazadoras sin alejarse tanto del hogar. Sus repetidos celos pueden ser causa de embarazos no deseados o de maullidos molestos en algún momento. No todas las gatas entran en celo a la misma edad, ni tienen los mismos ciclos al año.
Ciclo reproductivo. Celo en la gata.
La gata es una hembra poliéstrica estacional, o dicho de otro modo, tiene varios ciclos al año. La edad de aparición del primer ciclo o celo suele ser variable entre los seis meses, en razas como la Siamesa o la Europea, y más tarde en las de pelo largo.
Por las características del periodo de luz y situación de nuestro país, aquí las gatas salen en celo normalmente en periodos desde el mes de febrero hasta septiembre, aunque esto no impide que alguna lo haga en otra época.
Sus ciclos duran de 7 a 15 días y pueden repetirse varios en un mismo mes, con descanso de unos días entre ellos.
La diferencia con las perras es que éstas no suelen sangrar, pero sí varía su comportamiento de forma llamativa: maúllan de forma especial e insistente, se frotan con muebles y con los dueños son más cariñosas, levantan el tercio posterior dejando los miembros delanteros pegados al suelo y apartan el rabo. Esto indica claramente un ciclo en marcha. Si nuestro interés es cruzar a la gatita para dejarla gestante, será el momento de traerle el macho.
La ovulación es inducida por la cópula, con lo cual, casi siempre, se quedan gestantes. Si nuestra gata no quedara preñada, habrá que intentarlo de nuevo con otro macho por si es él quien tiene problemas de fertilidad o hacerle un chequeo completo a ella antes de volverlo a intentar. Suele ser la inexperiencia la causa de infertilidad, pero pueden haber causas subyacentes que hay que estudiar. Una vez realizada la cópula, la gata se frotará por el suelo y se contorneará durante unos minutos. Luego se repetirá de nuevo la cópula.
Gestación.
Si la gata es fecundada y queda en estado de gestación, tendremos que esperar aproximadamente dos meses para que se lleve a cabo el parto. La gestación puede durar desde 56 hasta 63 días.
Recomendaciones:
- Una gestación deseada y programada conlleva unos cuidados previos en la gata sencillos y de mucha importancia. Conviene tenerla desparasitada interna y externamente y llevar a cabo una completa vacunación, la cual dará a sus gatitos sus primeras defensas frente a las posibles enfermedades víricas.
- ¿Dónde juntarlos? Hay profesionales que opinan que si se lleva a cabo la monta en casa de la gata, ella estará más tranquila y puede que tengamos el éxito asegurado. Otros entienden que si la gata está en su territorio puede permanecer demasiado a la defensiva para protegerlo del macho invasor, mientras que si se hallan en terreno del macho, éste se verá más decidido, altivo y orgulloso. Si está en ambiente hostil y desconocido podría acobardarse.
- Indudablemente, es mejor dejar a los gatos en un lugar tranquilo y sin vigilancia constante por nuestra parte, a no ser que haya problemas serios en su encuentro. Suelen parecer ariscas en un primer momento pero hay que dejarlos que se reconozcan y se acepten. Si los presionamos con nuestra presencia, pueden cohibirse o perder interés.
- Una vez realizada la cópula, si sospechamos que hay una gestación en marcha deberemos cambiar la alimentación de la gata. Existen ya en el mercado alimentos especializados para esta fase.
- Visitar al veterinario a partir del día 28 de la cópula para realizar una ecografía y ver si todo marcha bien. No sólo se confirma la gestación, sino que se verá el tamaño y el número aproximado de futuros gatos.
- No mover más a la gata visitando a familiares o amigos, no es aconsejable.
El parto.
Llegado el momento, la mayoría no tienen problemas y suelen parir solas, pero conviene vigilar de cerca el nacimiento de los gatitos por si algo va mal. La madre buscará el lugar que le parezca más seguro y más tranquilo para ella. Por ello, no hay que forzar sus deseos. El día del parto la gata no suele comer y se muestra rara, jadea de vez en cuando y se lame la vulva con frecuencia. Padece contracciones, al igual que las mujeres, y cuando éstas se intensifican, el parto está a punto de comenzar. Otro hecho significativo es que la temperatura corporal baja un grado cuando faltan de 24 a 48 horas para el parto.
El nacimiento de los pequeños gatitos se puede interrumpir voluntariamente por parte de la gata hasta 48 horas, así que no debemos precipitarnos moviéndola de la casa. Se debe consultar con el veterinario.
En líneas generales, los machos tienden a escaparse del hogar en la etapa de pubertad en busca de hembras y a marcar la casa como su territorio. No es aconsejable un macho entero (no castrado) en una vivienda urbana si no queremos tener desagradables sorpresas.
En cambio, las hembras, tan cariñosas o más que los machos, tienden a ser más cazadoras sin alejarse tanto del hogar. Sus repetidos celos pueden ser causa de embarazos no deseados o de maullidos molestos en algún momento. No todas las gatas entran en celo a la misma edad, ni tienen los mismos ciclos al año.
Ciclo reproductivo. Celo en la gata.
La gata es una hembra poliéstrica estacional, o dicho de otro modo, tiene varios ciclos al año. La edad de aparición del primer ciclo o celo suele ser variable entre los seis meses, en razas como la Siamesa o la Europea, y más tarde en las de pelo largo.
Por las características del periodo de luz y situación de nuestro país, aquí las gatas salen en celo normalmente en periodos desde el mes de febrero hasta septiembre, aunque esto no impide que alguna lo haga en otra época.
Sus ciclos duran de 7 a 15 días y pueden repetirse varios en un mismo mes, con descanso de unos días entre ellos.
La diferencia con las perras es que éstas no suelen sangrar, pero sí varía su comportamiento de forma llamativa: maúllan de forma especial e insistente, se frotan con muebles y con los dueños son más cariñosas, levantan el tercio posterior dejando los miembros delanteros pegados al suelo y apartan el rabo. Esto indica claramente un ciclo en marcha. Si nuestro interés es cruzar a la gatita para dejarla gestante, será el momento de traerle el macho.
La ovulación es inducida por la cópula, con lo cual, casi siempre, se quedan gestantes. Si nuestra gata no quedara preñada, habrá que intentarlo de nuevo con otro macho por si es él quien tiene problemas de fertilidad o hacerle un chequeo completo a ella antes de volverlo a intentar. Suele ser la inexperiencia la causa de infertilidad, pero pueden haber causas subyacentes que hay que estudiar. Una vez realizada la cópula, la gata se frotará por el suelo y se contorneará durante unos minutos. Luego se repetirá de nuevo la cópula.
Gestación.
Si la gata es fecundada y queda en estado de gestación, tendremos que esperar aproximadamente dos meses para que se lleve a cabo el parto. La gestación puede durar desde 56 hasta 63 días.
Recomendaciones:
- Una gestación deseada y programada conlleva unos cuidados previos en la gata sencillos y de mucha importancia. Conviene tenerla desparasitada interna y externamente y llevar a cabo una completa vacunación, la cual dará a sus gatitos sus primeras defensas frente a las posibles enfermedades víricas.
- ¿Dónde juntarlos? Hay profesionales que opinan que si se lleva a cabo la monta en casa de la gata, ella estará más tranquila y puede que tengamos el éxito asegurado. Otros entienden que si la gata está en su territorio puede permanecer demasiado a la defensiva para protegerlo del macho invasor, mientras que si se hallan en terreno del macho, éste se verá más decidido, altivo y orgulloso. Si está en ambiente hostil y desconocido podría acobardarse.
- Indudablemente, es mejor dejar a los gatos en un lugar tranquilo y sin vigilancia constante por nuestra parte, a no ser que haya problemas serios en su encuentro. Suelen parecer ariscas en un primer momento pero hay que dejarlos que se reconozcan y se acepten. Si los presionamos con nuestra presencia, pueden cohibirse o perder interés.
- Una vez realizada la cópula, si sospechamos que hay una gestación en marcha deberemos cambiar la alimentación de la gata. Existen ya en el mercado alimentos especializados para esta fase.
- Visitar al veterinario a partir del día 28 de la cópula para realizar una ecografía y ver si todo marcha bien. No sólo se confirma la gestación, sino que se verá el tamaño y el número aproximado de futuros gatos.
- No mover más a la gata visitando a familiares o amigos, no es aconsejable.
El parto.
Llegado el momento, la mayoría no tienen problemas y suelen parir solas, pero conviene vigilar de cerca el nacimiento de los gatitos por si algo va mal. La madre buscará el lugar que le parezca más seguro y más tranquilo para ella. Por ello, no hay que forzar sus deseos. El día del parto la gata no suele comer y se muestra rara, jadea de vez en cuando y se lame la vulva con frecuencia. Padece contracciones, al igual que las mujeres, y cuando éstas se intensifican, el parto está a punto de comenzar. Otro hecho significativo es que la temperatura corporal baja un grado cuando faltan de 24 a 48 horas para el parto.
El nacimiento de los pequeños gatitos se puede interrumpir voluntariamente por parte de la gata hasta 48 horas, así que no debemos precipitarnos moviéndola de la casa. Se debe consultar con el veterinario.
Cada gato nace en una bolsa independiente que la gata rasgará para cortar el cordón umbilical. La expulsión de la placenta correspondiente se hará en breve tras la salida del gato y la gata intentará comérsela. Hay que procurar que no lo haga pues podría sentarle mal causando indigestión o diarrea.
El tiempo que pasa entre el nacimiento de un gato y otro es muy variable (entre dos minutos y dos horas).
Solamente debemos actuar si: 1) La gata padece contracciones pero el parto no se inicia pasados ya los 63-65 días de la gestación. Puede que los gatos sean muy grandes y no pueda tenerlos o algo falle. Llamaremos al veterinario para intentar no mover a la gata de su cesta o lugar de la casa.
2) Una vez haya salido el primer gato, si la gata se muestra indiferente o asustada y no realiza su labor, deberemos rasgar nosotros la bolsa fetal, secar al gato frotándolo enérgicamente y cortar su cordón umbilical. Conviene recibir una pequeña lección por parte del profesional antes del momento del parto, así sabremos reaccionar en el acto sin problemas.
3) Tras el nacimiento de un gato, la gata se dedica al siguiente y éste está frío o no respira bien. Habrá que ponerle una fuente de calor y limpiar bien sus orificios nasales para ayudarlo. Ponerlo junto a la gata e intentar que comience a mamar enseguida.
4) Si hay algún gato encajado en el canal del parto y no sale a pesar de los esfuerzos de la gata, llega un momento en que ella se cansa y deja de hacer fuerza. Tendremos que intentar ayudar con las manos limpias o guantes preferiblemente, lubricaremos la vulva de la gata con agua templada y jabón o vaselina, sujetaremos al gato y tiraremos despacio pero con fuerza de todo el cuerpo del gato poco a poco. Si tiene alguna pata encajada y la bolsa se rompe, no pasa nada, se introduce un dedo para recolocar al gato y se sigue tirando de él.
5) Si desaparecen las contracciones y todavía quedan gatitos dentro (confirmar primero el número por ecografía o incluso radiografía a final de gestación) y la gata se muestra cansada, abatida y sin interés por continuar. Debemos avisar al veterinario.
Una vez finalizado el parto, los pequeños se colocarán a mamar de forma instintiva. Deben tomar el calostro o primera leche que su madre les ofrece. En ella se hallan todos los nutrientes y anticuerpos necesarios para su sistema inmunitario. Si alguno no lo hace habrá que ayudarlo.
Nos debe alarmar tras el parto que la gata no coma en 12 horas, se muestre inquieta o continúe con contracciones. Si tiene fiebre o padece hemorragias o fluidos de color blanquecino-verdoso y con mal olor, conviene avisar al veterinario.
Cómo evitar el celo y las gestaciones.
Existen varios métodos para evitar el celo y posteriores gestaciones:
1. El método definitivo y recomendado por los veterinarios: la esterilización definitiva.
Es un método quirúrgico por el que la gata no va a tener posteriores celos ni posibles gestaciones. No posee efectos secundarios y sí se evitan un alto porcentaje de problemas derivados de las alteraciones hormonales (por ejemplo, quistes ováricos, tumores de cualquier naturaleza en ovarios y útero, infecciones uterinas o piometras).
2. Fármacos inhibidores del ciclo en la gata:
Contrarrestan las hormonas de la gata y evitan que éstas salgan en celo. Se administran en forma de píldoras o inyecciones, lo cual hace variar su duración, pero sí que tienen efectos secundarios. Tienen la ventaja de poderse utilizar en un momento puntual: viajes, vacaciones, etc. y que posteriormente la gata continúe con su vida reproductiva. No se deben administrar en animales con posible gestación en marcha, ni en animales diabéticos a ser posible. Sus efectos secundarios hacen que no sean los más recomendados.
En definitiva, una gata que tengamos claro que no vamos a dedicar a la reproducción por el motivo que sea debería ser esterilizada. Así mejoraremos su calidad de vida y la prolongaremos.
Advertencia : Debemos tener en cuenta que no se deben esterilizar a gatas menores de tres meses, da lo mismo si ha tenido el primer celo o no, y tampoco se realiza la cirugía si la gata padece algún problema metabólico que impida su anestesia general. Tampoco es recomendable la cirugía si la gata acaba de salir en celo o estuviera preñada.
Son unos dormilones.
Los gatos pasan tres cuartas partes de su vida durmiendo, en total de 16 a 18 horas diarias. Escogen los lugares de la casa que más cómodos o tranquilos les resultan; en invierno, los más calientes (cojines sobre las camas, sillones de habitaciones más tranquilas, aparatos que emanan calor, etc..), y en verano, donde la brisa no sea muy fuerte pero estén fresquitos. Casi siempre realizan periodos cortos de sueño que transcurre durante el día, ya que su mayor actividad comienza al atardecer y durante la noche.
Los dueños noveles de gatos advierten este comportamiento y se asustan de su ritmo nocturno, pero existen soluciones para lograr que no perturbe las horas de dormir. Hay que hacerles jugar durante las últimas horas del día y conseguir que se cansen. También se les puede colocar la comida minutos antes de irse a acostar para que luego descansen y, por supuesto, hay que educarles para que no maúllen o no incordien por la noche. Está claro que, como todo proceso de aprendizaje, no va a ser rápido, pero sí efectivo.
Puede suceder que los gatos viejos sufran alteraciones en su sueño y nos busquen o maúllen por la noche cuando antes no lo hacían. Esta alteración de comportamiento puede ser síntoma de algo más que mimos o ganas de jugar. Si requiere nuestra atención de forma insistente, habrá que llevarlo al veterinario para que le realice una exploración.
El gato es cazador.
En la naturaleza, los felinos cazan para comer. Los gatos caseros no tienen esta necesidad, pero siguen su instinto depredador con el propósito de diversión e imitación de sus congéneres. Son capaces de caminar por el borde de las ventanas y balcones y emprender una cacería de pájaros o insectos. Esto puede traer graves consecuencias, ya que un despiste o un susto les hará caer al suelo más fácilmente de lo que pensamos. De hecho, un alto porcentaje de visitas al veterinario se debe a las caídas y no todos salen ilesos.
Las fracturas de miembros, maxilares o daños en tórax son las consecuencias más frecuentes. Sin embargo, es cierto que si caen de una altura con tiempo suficiente para realizar los cambios de posición necesarios, pueden evitar daños. El aparato vestibular (órgano del oído interno) y sus ojos transmiten a su cerebro las órdenes necesarias para poner en marcha un sofisticado sistema de amortiguación de extremidades que les equilibra y logra que la caída no tenga mayores repercusiones.
En ocasiones, desvían su aptitud para la caza hacia nosotros, por lo que nos veremos víctimas de sus juegos. Se esconden tras esquinas de la casa, agazapados y acechándonos hasta que pasamos y nos saltan a las piernas o tobillos. Esto puede resultar gracioso mientras no nos hagan daño, pero es preferible que jueguen con ratoncitos de peluche, pelotitas, bolas de papel u otros juegos.
Su lenguaje.
Los gatos se comunican entre ellos y nos dan señales claras de su estado de ánimo mediante señales acústicas y expresiones corporales.
- Cuando un gato está tranquilo y a gusto, ronronea y mueve su cola despacio, su manto está liso y puede incluso que cierre sus ojos si lo estamos acariciando.
- Cuando un gato está a la defensiva por la presencia de otro animal o algo que le asusta, está de pie con el tronco arqueado, cola erizada y hacia arriba, pupilas dilatadas, orejas aplanadas hacia atrás y la boca abierta emitiendo sonidos como si escupiera o gruñidos. El manto estará erizado y hacia atrás.
- Cuando un gato está sumiso ante otro animal o persona estará encogido todo el cuerpo, la cola recogida hacia el cuerpo, las orejas caídas, las pupilas ensanchadas y la boca semiabierta emitiendo quejidos o maullidos bajitos. Puede estar asustado y su cola no dejará de golpear el suelo rápidamente.
- Cuando está en actitud agresiva o se prepara para atacar adopta una posición de equilibrio, orejas tiesas hacia atrás, boca abierta y emitiendo siseos, gruñidos, pupilas contraídas y la cola baja y balanceándola.
Los gatos establecen jerarquías rápidamente con el resto de animales de la casa o con otros gatos si están en el exterior y adoptan posiciones según su fuerza y su estado hormonal. Los machos no castrados son los “jefes” normalmente y los castrados son relegados a subordinados de éstos. Las hembras no esterilizadas ocupan posiciones preferentes respecto a las que sí lo están.
Es difícil saber bien la extensión del territorio de un gato en libertad, pero todo dependerá de su relación con los gatos de las proximidades y de su estado hormonal. Los gatos caseros establecen su territorio, pudiendo ser desde una habitación hasta un sillón de la casa. Si hay más gatos, pueden compartir su territorio y hacerlo común a ambos.
Para marcar su territorio, los gatos lanzan unas gotas de orina con un olor muy característico o arañan zonas en árboles o vallas. En nuestro hogar este marcaje siempre lo hará con las gotas de orina sobre las camas, los sofás, las alfombras... etc. Esta orina es distinta a la caja, tiene un olor muy fuerte y difícil de eliminar. De ahí que se recomiende a los propietarios de gatos machos que si su gato, llegada la pubertad, comienza a dar síntomas de marcaje (y si no van a dedicarse a la reproducción), lo castren para evitar problemas. Una vez castrado vive tranquilo y más feliz, no se escapará para buscar hembras y se evita que en época de celo maúlle insistente tras las ventanas y las puertas.
El mito sobre el gato gordo y castrado:
Si a nuestro gato, una vez eliminadas sus hormonas, le proporcionamos alimentos apropiados y juego diario para que cace y se distraiga, no tiene porqué convertirse en un gato gordo y sin vitalidad. Esta es una idea que hay que combatir. Un gato es feliz sin sus hormonas siempre y cuando tenga distracción, compañía y buena dieta. (Muchos propietarios comentan incluso que sus gatos han vuelto a la infancia, por lo juguetones que parecen).
La forma de relacionarse unos gatos con otros es oler la cabeza y la cola del otro, donde se concentra la información de cada individuo. Cuando nuestro gato quiere dejarnos su olor y marcarnos, se frotará con la cara en nosotros y así descarga las feromonas y hormonas que lo identifican respecto a otro animal.
Su educación.
Los gatos se pueden educar, al igual que cualquier otro animal doméstico, a pesar de que su carácter independiente dificulte el procedimiento. Existen modos de evitar el rascado de muebles o las peleas con otro gato en casa, donde nunca debemos meter nuestras manos o acabaremos lesionados. Por ejemplo: se coge una botella con spray y se llena de agua, se deja al alcance de nuestra mano y, a ser posible, sin que nos vean se les rocía con agua cuando los descubramos arañando los muebles o las cortinas.
Los vocablos cortos y sonoros, al igual que en los perros, sirven de orden: “ven”, “baja”, “no”. Hay que repetirlos en cada ocasión que sea necesario, muchas veces hasta que obedezcan.
Hay razas de gatos que se pueden sacar a la calle con un arnés (collar de cuerpo), aunque debe hacerse poco a poco e intentando evitar zonas masificadas de perros y gatos, ya que si el gato se asusta, nos costará mucho volverlo a pasear de nuevo.
El tiempo que pasa entre el nacimiento de un gato y otro es muy variable (entre dos minutos y dos horas).
Solamente debemos actuar si: 1) La gata padece contracciones pero el parto no se inicia pasados ya los 63-65 días de la gestación. Puede que los gatos sean muy grandes y no pueda tenerlos o algo falle. Llamaremos al veterinario para intentar no mover a la gata de su cesta o lugar de la casa.
2) Una vez haya salido el primer gato, si la gata se muestra indiferente o asustada y no realiza su labor, deberemos rasgar nosotros la bolsa fetal, secar al gato frotándolo enérgicamente y cortar su cordón umbilical. Conviene recibir una pequeña lección por parte del profesional antes del momento del parto, así sabremos reaccionar en el acto sin problemas.
3) Tras el nacimiento de un gato, la gata se dedica al siguiente y éste está frío o no respira bien. Habrá que ponerle una fuente de calor y limpiar bien sus orificios nasales para ayudarlo. Ponerlo junto a la gata e intentar que comience a mamar enseguida.
4) Si hay algún gato encajado en el canal del parto y no sale a pesar de los esfuerzos de la gata, llega un momento en que ella se cansa y deja de hacer fuerza. Tendremos que intentar ayudar con las manos limpias o guantes preferiblemente, lubricaremos la vulva de la gata con agua templada y jabón o vaselina, sujetaremos al gato y tiraremos despacio pero con fuerza de todo el cuerpo del gato poco a poco. Si tiene alguna pata encajada y la bolsa se rompe, no pasa nada, se introduce un dedo para recolocar al gato y se sigue tirando de él.
5) Si desaparecen las contracciones y todavía quedan gatitos dentro (confirmar primero el número por ecografía o incluso radiografía a final de gestación) y la gata se muestra cansada, abatida y sin interés por continuar. Debemos avisar al veterinario.
Una vez finalizado el parto, los pequeños se colocarán a mamar de forma instintiva. Deben tomar el calostro o primera leche que su madre les ofrece. En ella se hallan todos los nutrientes y anticuerpos necesarios para su sistema inmunitario. Si alguno no lo hace habrá que ayudarlo.
Nos debe alarmar tras el parto que la gata no coma en 12 horas, se muestre inquieta o continúe con contracciones. Si tiene fiebre o padece hemorragias o fluidos de color blanquecino-verdoso y con mal olor, conviene avisar al veterinario.
Cómo evitar el celo y las gestaciones.
Existen varios métodos para evitar el celo y posteriores gestaciones:
1. El método definitivo y recomendado por los veterinarios: la esterilización definitiva.
Es un método quirúrgico por el que la gata no va a tener posteriores celos ni posibles gestaciones. No posee efectos secundarios y sí se evitan un alto porcentaje de problemas derivados de las alteraciones hormonales (por ejemplo, quistes ováricos, tumores de cualquier naturaleza en ovarios y útero, infecciones uterinas o piometras).
2. Fármacos inhibidores del ciclo en la gata:
Contrarrestan las hormonas de la gata y evitan que éstas salgan en celo. Se administran en forma de píldoras o inyecciones, lo cual hace variar su duración, pero sí que tienen efectos secundarios. Tienen la ventaja de poderse utilizar en un momento puntual: viajes, vacaciones, etc. y que posteriormente la gata continúe con su vida reproductiva. No se deben administrar en animales con posible gestación en marcha, ni en animales diabéticos a ser posible. Sus efectos secundarios hacen que no sean los más recomendados.
En definitiva, una gata que tengamos claro que no vamos a dedicar a la reproducción por el motivo que sea debería ser esterilizada. Así mejoraremos su calidad de vida y la prolongaremos.
Advertencia : Debemos tener en cuenta que no se deben esterilizar a gatas menores de tres meses, da lo mismo si ha tenido el primer celo o no, y tampoco se realiza la cirugía si la gata padece algún problema metabólico que impida su anestesia general. Tampoco es recomendable la cirugía si la gata acaba de salir en celo o estuviera preñada.
Son unos dormilones.
Los gatos pasan tres cuartas partes de su vida durmiendo, en total de 16 a 18 horas diarias. Escogen los lugares de la casa que más cómodos o tranquilos les resultan; en invierno, los más calientes (cojines sobre las camas, sillones de habitaciones más tranquilas, aparatos que emanan calor, etc..), y en verano, donde la brisa no sea muy fuerte pero estén fresquitos. Casi siempre realizan periodos cortos de sueño que transcurre durante el día, ya que su mayor actividad comienza al atardecer y durante la noche.
Los dueños noveles de gatos advierten este comportamiento y se asustan de su ritmo nocturno, pero existen soluciones para lograr que no perturbe las horas de dormir. Hay que hacerles jugar durante las últimas horas del día y conseguir que se cansen. También se les puede colocar la comida minutos antes de irse a acostar para que luego descansen y, por supuesto, hay que educarles para que no maúllen o no incordien por la noche. Está claro que, como todo proceso de aprendizaje, no va a ser rápido, pero sí efectivo.
Puede suceder que los gatos viejos sufran alteraciones en su sueño y nos busquen o maúllen por la noche cuando antes no lo hacían. Esta alteración de comportamiento puede ser síntoma de algo más que mimos o ganas de jugar. Si requiere nuestra atención de forma insistente, habrá que llevarlo al veterinario para que le realice una exploración.
El gato es cazador.
En la naturaleza, los felinos cazan para comer. Los gatos caseros no tienen esta necesidad, pero siguen su instinto depredador con el propósito de diversión e imitación de sus congéneres. Son capaces de caminar por el borde de las ventanas y balcones y emprender una cacería de pájaros o insectos. Esto puede traer graves consecuencias, ya que un despiste o un susto les hará caer al suelo más fácilmente de lo que pensamos. De hecho, un alto porcentaje de visitas al veterinario se debe a las caídas y no todos salen ilesos.
Las fracturas de miembros, maxilares o daños en tórax son las consecuencias más frecuentes. Sin embargo, es cierto que si caen de una altura con tiempo suficiente para realizar los cambios de posición necesarios, pueden evitar daños. El aparato vestibular (órgano del oído interno) y sus ojos transmiten a su cerebro las órdenes necesarias para poner en marcha un sofisticado sistema de amortiguación de extremidades que les equilibra y logra que la caída no tenga mayores repercusiones.
En ocasiones, desvían su aptitud para la caza hacia nosotros, por lo que nos veremos víctimas de sus juegos. Se esconden tras esquinas de la casa, agazapados y acechándonos hasta que pasamos y nos saltan a las piernas o tobillos. Esto puede resultar gracioso mientras no nos hagan daño, pero es preferible que jueguen con ratoncitos de peluche, pelotitas, bolas de papel u otros juegos.
Su lenguaje.
Los gatos se comunican entre ellos y nos dan señales claras de su estado de ánimo mediante señales acústicas y expresiones corporales.
- Cuando un gato está tranquilo y a gusto, ronronea y mueve su cola despacio, su manto está liso y puede incluso que cierre sus ojos si lo estamos acariciando.
- Cuando un gato está a la defensiva por la presencia de otro animal o algo que le asusta, está de pie con el tronco arqueado, cola erizada y hacia arriba, pupilas dilatadas, orejas aplanadas hacia atrás y la boca abierta emitiendo sonidos como si escupiera o gruñidos. El manto estará erizado y hacia atrás.
- Cuando un gato está sumiso ante otro animal o persona estará encogido todo el cuerpo, la cola recogida hacia el cuerpo, las orejas caídas, las pupilas ensanchadas y la boca semiabierta emitiendo quejidos o maullidos bajitos. Puede estar asustado y su cola no dejará de golpear el suelo rápidamente.
- Cuando está en actitud agresiva o se prepara para atacar adopta una posición de equilibrio, orejas tiesas hacia atrás, boca abierta y emitiendo siseos, gruñidos, pupilas contraídas y la cola baja y balanceándola.
Los gatos establecen jerarquías rápidamente con el resto de animales de la casa o con otros gatos si están en el exterior y adoptan posiciones según su fuerza y su estado hormonal. Los machos no castrados son los “jefes” normalmente y los castrados son relegados a subordinados de éstos. Las hembras no esterilizadas ocupan posiciones preferentes respecto a las que sí lo están.
Es difícil saber bien la extensión del territorio de un gato en libertad, pero todo dependerá de su relación con los gatos de las proximidades y de su estado hormonal. Los gatos caseros establecen su territorio, pudiendo ser desde una habitación hasta un sillón de la casa. Si hay más gatos, pueden compartir su territorio y hacerlo común a ambos.
Para marcar su territorio, los gatos lanzan unas gotas de orina con un olor muy característico o arañan zonas en árboles o vallas. En nuestro hogar este marcaje siempre lo hará con las gotas de orina sobre las camas, los sofás, las alfombras... etc. Esta orina es distinta a la caja, tiene un olor muy fuerte y difícil de eliminar. De ahí que se recomiende a los propietarios de gatos machos que si su gato, llegada la pubertad, comienza a dar síntomas de marcaje (y si no van a dedicarse a la reproducción), lo castren para evitar problemas. Una vez castrado vive tranquilo y más feliz, no se escapará para buscar hembras y se evita que en época de celo maúlle insistente tras las ventanas y las puertas.
El mito sobre el gato gordo y castrado:
Si a nuestro gato, una vez eliminadas sus hormonas, le proporcionamos alimentos apropiados y juego diario para que cace y se distraiga, no tiene porqué convertirse en un gato gordo y sin vitalidad. Esta es una idea que hay que combatir. Un gato es feliz sin sus hormonas siempre y cuando tenga distracción, compañía y buena dieta. (Muchos propietarios comentan incluso que sus gatos han vuelto a la infancia, por lo juguetones que parecen).
La forma de relacionarse unos gatos con otros es oler la cabeza y la cola del otro, donde se concentra la información de cada individuo. Cuando nuestro gato quiere dejarnos su olor y marcarnos, se frotará con la cara en nosotros y así descarga las feromonas y hormonas que lo identifican respecto a otro animal.
Su educación.
Los gatos se pueden educar, al igual que cualquier otro animal doméstico, a pesar de que su carácter independiente dificulte el procedimiento. Existen modos de evitar el rascado de muebles o las peleas con otro gato en casa, donde nunca debemos meter nuestras manos o acabaremos lesionados. Por ejemplo: se coge una botella con spray y se llena de agua, se deja al alcance de nuestra mano y, a ser posible, sin que nos vean se les rocía con agua cuando los descubramos arañando los muebles o las cortinas.
Los vocablos cortos y sonoros, al igual que en los perros, sirven de orden: “ven”, “baja”, “no”. Hay que repetirlos en cada ocasión que sea necesario, muchas veces hasta que obedezcan.
Hay razas de gatos que se pueden sacar a la calle con un arnés (collar de cuerpo), aunque debe hacerse poco a poco e intentando evitar zonas masificadas de perros y gatos, ya que si el gato se asusta, nos costará mucho volverlo a pasear de nuevo.
ENFERMEDADES ZOONOSIS,PELIGROSAS PARA EL HOMBRE:
Introducción
Algunas de las enfermedades que padecen los gatos pueden afectar a las personas.
La rabia
España en estos momentos está exenta. La rabia se manifiesta como una encefalitis provocada por un rabdovirus. La transmisión es por contacto con un animal enfermo o en período de incubación. Es mortal, de ahí la necesidad de su prevención.
La Toxoplasmosis.
Producida por el protozoo Toxoplasma gondii. Es muy temida por las mujeres embarazadas, aunque hay que ser consciente de que no sólo la puede transmitir el gato. Afecta a las personas y los pequeños mamíferos que se infectan por la ingestión de los huevos que se hallan en las heces de perros y gatos. El parásito también aparece en la carne mal cocinada o cruda, y en verduras mal lavadas, de ahí que puede haber contagio sin tener gato. Los gatos la sufren de modo apenas visible, se manifiesta en un proceso diarreico que no es grave y por las afecciones en los ojos (uveitis).
En las personas causa erupciones cutáneas, fiebre, linfadenopatía y malestar. Lo más peligroso es que puede provocar alteraciones del feto o abortos si la infección se produce durante los tres primeros meses. De cualquier forma, es frecuente que estemos inmunizados contra esta enfermedad tras haberla padecido anteriormente sin ser conscientes de ello, por lo que el problema es remoto para personas con un sistema inmune correcto.
La Criptosporidiosis.
Enfermedad producida por un coccidio que vive en el epitelio respiratorio e intestinal de las aves. Puede afectar a aves, mamíferos, reptiles y peces. Provoca alteraciones gastrointestinales en los mamíferos, incluidos roedores, perros, gatos y vacas. También afecta al ser humano. El contagio se produce a través de las heces y la ingestión de aguas contaminadas. En personas inmunodeprimidas, la infección puede resultar fatal; en el resto, la solución clínica es muy eficaz.
Enfermedades parasitarias
Como las causadas por los organismos flagelados: Giardias o por parásitos intestinales como Toxocara o Dipylidium, que en los niños puede cursar con diarreas y picor en la zona del ano.
La enfermedad del arañazo del gato.
La causa es una bacteria, Bartonella henselae, y en las personas aparece con variedad de síntomas desde linfadenopatía, fiebre, pérdida de peso, mialgia, dolor de cabeza y erupciones cutáneas entre otras. El periodo de incubación es de tres semanas y pueden pasar hasta tres meses para su resolución completa.
Las infecciones por hongos.
Dentro de las agentes micóticos con posible transmisión al hombre se encuentran los contagios por Histoplasma, Blastomyces, Aspergillus, y Cryptococcus en personas que comparten el mismo hábitat que el gato. Tienen tratamiento y, como prevención, debe evitarse el contacto directo con los animales infectados, más si somos sensibles a las infecciones cutáneas.
Otras.
Existen también zoonosis asociadas al contacto directo con secreciones respiratorias u oculares de gatos. Por ejemplo: La Chlamydia psittaci, Bordetella bronchiseptica, Francisella tularensis, Yersinia pestis (en hombres causa la peste bubónica, bacteriemica o neumónica en áreas endémicas).
( Chlamydia psittaci )
Modo de actuar si la dueña está embarazada .
Se puede perfectamente mantener el gato en casa durante el embarazo si se toman las medidas higiénicas apropiadas.
- No limpiar la bandeja de las heces, a ser posible. Y si se hace se debe realizar la limpieza con guantes de desecho.
- No dejar salir al gato a deambular por la calle.
- Darle comida preparada preferiblemente seca.
- Lavar bien las verduras y con guantes desechables
- No comer carne cruda, ni poco cocinada.
- Realizar un chequeo al gato de heces y sangre.
- Si acarician a gatos o perros, lavarse bien antes de comer.
España en estos momentos está exenta. La rabia se manifiesta como una encefalitis provocada por un rabdovirus. La transmisión es por contacto con un animal enfermo o en período de incubación. Es mortal, de ahí la necesidad de su prevención.
La Toxoplasmosis.
Producida por el protozoo Toxoplasma gondii. Es muy temida por las mujeres embarazadas, aunque hay que ser consciente de que no sólo la puede transmitir el gato. Afecta a las personas y los pequeños mamíferos que se infectan por la ingestión de los huevos que se hallan en las heces de perros y gatos. El parásito también aparece en la carne mal cocinada o cruda, y en verduras mal lavadas, de ahí que puede haber contagio sin tener gato. Los gatos la sufren de modo apenas visible, se manifiesta en un proceso diarreico que no es grave y por las afecciones en los ojos (uveitis).
En las personas causa erupciones cutáneas, fiebre, linfadenopatía y malestar. Lo más peligroso es que puede provocar alteraciones del feto o abortos si la infección se produce durante los tres primeros meses. De cualquier forma, es frecuente que estemos inmunizados contra esta enfermedad tras haberla padecido anteriormente sin ser conscientes de ello, por lo que el problema es remoto para personas con un sistema inmune correcto.
La Criptosporidiosis.
Enfermedad producida por un coccidio que vive en el epitelio respiratorio e intestinal de las aves. Puede afectar a aves, mamíferos, reptiles y peces. Provoca alteraciones gastrointestinales en los mamíferos, incluidos roedores, perros, gatos y vacas. También afecta al ser humano. El contagio se produce a través de las heces y la ingestión de aguas contaminadas. En personas inmunodeprimidas, la infección puede resultar fatal; en el resto, la solución clínica es muy eficaz.
Enfermedades parasitarias
Como las causadas por los organismos flagelados: Giardias o por parásitos intestinales como Toxocara o Dipylidium, que en los niños puede cursar con diarreas y picor en la zona del ano.
La enfermedad del arañazo del gato.
La causa es una bacteria, Bartonella henselae, y en las personas aparece con variedad de síntomas desde linfadenopatía, fiebre, pérdida de peso, mialgia, dolor de cabeza y erupciones cutáneas entre otras. El periodo de incubación es de tres semanas y pueden pasar hasta tres meses para su resolución completa.
Las infecciones por hongos.
Dentro de las agentes micóticos con posible transmisión al hombre se encuentran los contagios por Histoplasma, Blastomyces, Aspergillus, y Cryptococcus en personas que comparten el mismo hábitat que el gato. Tienen tratamiento y, como prevención, debe evitarse el contacto directo con los animales infectados, más si somos sensibles a las infecciones cutáneas.
Otras.
Existen también zoonosis asociadas al contacto directo con secreciones respiratorias u oculares de gatos. Por ejemplo: La Chlamydia psittaci, Bordetella bronchiseptica, Francisella tularensis, Yersinia pestis (en hombres causa la peste bubónica, bacteriemica o neumónica en áreas endémicas).
( Chlamydia psittaci )
Modo de actuar si la dueña está embarazada .
Se puede perfectamente mantener el gato en casa durante el embarazo si se toman las medidas higiénicas apropiadas.
- No limpiar la bandeja de las heces, a ser posible. Y si se hace se debe realizar la limpieza con guantes de desecho.
- No dejar salir al gato a deambular por la calle.
- Darle comida preparada preferiblemente seca.
- Lavar bien las verduras y con guantes desechables
- No comer carne cruda, ni poco cocinada.
- Realizar un chequeo al gato de heces y sangre.
- Si acarician a gatos o perros, lavarse bien antes de comer.
VACACIONES Y VIAJES.
Los gatos no son muy amigos de los cambios de lugar y menos de casa habitual. Tardan en adaptarse a un nuevo medio de una a dos semanas. Cuando llegan las vacaciones, se nos plantea un dilema: ¿Qué hacemos con el gato? La solución depende de los días que vayamos a estar fuera de casa, la zona a la que nos traslademos, el gato/a que tengamos y si es casa propia o se trata de un hotel.
Viaje corto.
Si se trata de un viaje corto de fin de semana, no hay problema, nuestro gato/a estará muy bien en casa solo. Se le debe dejar varios recipientes con agua para que no le falte o un bebedero automático y varios con comida. El agua es lo más importante, ya que posiblemente la primera vez que lo dejemos solo no comerá demasiado. Las ventanas debemos dejarlas cerradas y si es en verano colocar alguna tela metálica con marco de madera para que la casa se ventile sin escaparse el gato. Conviene dejar más de una bandeja de excrementos si nuestro gato es muy sensible a la suciedad.
Viaje largo.
Si se trata de viajes largos al extranjero o a un hotel, podemos buscar:
- Una residencia especial para gatos, que las hay.
- Una persona muy conocida y amante de los animales que lo cuide en nuestra casa.
- O como última solución, dejarlo en la casa de esa persona.
Casa de campo propia.
Si nos vamos a una casa de campo propia y queremos llevarlo:
- Usaremos la cesta de viaje (mejor si es rígida), procuraremos dejarla a su alcance varios días antes para que la reconozca y que no se asuste al meterlo.
- Le proporcionaremos sedantes si soporta mal los viajes en coche, sin darle comida previamente a la salida. Lo ideal es realizar viajes cortos antes del día de la salida.
- Nos aseguraremos de que esté vacunado y lleve alguna identificación por si se pierde.
- Tapizar la base de la cesta con alguna camiseta nuestra o toalla para el viaje. También existen en el mercado productos en spray a base de feromonas que se usan en las cestas para tranquilizarlos en los desplazamientos
- Al llegar al destino, va a extrañar la casa y se asustará escondiéndose en el primer lugar que vea seguro. Hay que darle un margen de tiempo para que lo olfatee todo y se confíe de nuevo.
- Vigilarlo los primeros días en sus salidas por el jardín.
Viaje en avión.
Si vamos a realizar con él un viaje en avión, debemos llevarlo en una caja de las características exigidas según la compañía. Es un método rápido para enviar animales al extranjero. Las cajas exigidas en animales pequeños suelen ser las mismas que tenemos en casa, preferiblemente de plástico y bien cerradas.
Deberemos adjuntar la documentación de nuestro animal: cartilla de vacunación al día y certificado veterinario si es necesario. Para viajar a Gran Bretaña, las exigencias en cuanto a la cuarentena son distintas que en el resto de países, por lo que debemos informarnos con bastante tiempo de antelación al viaje.
Si se trata de un viaje corto de fin de semana, no hay problema, nuestro gato/a estará muy bien en casa solo. Se le debe dejar varios recipientes con agua para que no le falte o un bebedero automático y varios con comida. El agua es lo más importante, ya que posiblemente la primera vez que lo dejemos solo no comerá demasiado. Las ventanas debemos dejarlas cerradas y si es en verano colocar alguna tela metálica con marco de madera para que la casa se ventile sin escaparse el gato. Conviene dejar más de una bandeja de excrementos si nuestro gato es muy sensible a la suciedad.
Viaje largo.
Si se trata de viajes largos al extranjero o a un hotel, podemos buscar:
- Una residencia especial para gatos, que las hay.
- Una persona muy conocida y amante de los animales que lo cuide en nuestra casa.
- O como última solución, dejarlo en la casa de esa persona.
Casa de campo propia.
Si nos vamos a una casa de campo propia y queremos llevarlo:
- Usaremos la cesta de viaje (mejor si es rígida), procuraremos dejarla a su alcance varios días antes para que la reconozca y que no se asuste al meterlo.
- Le proporcionaremos sedantes si soporta mal los viajes en coche, sin darle comida previamente a la salida. Lo ideal es realizar viajes cortos antes del día de la salida.
- Nos aseguraremos de que esté vacunado y lleve alguna identificación por si se pierde.
- Tapizar la base de la cesta con alguna camiseta nuestra o toalla para el viaje. También existen en el mercado productos en spray a base de feromonas que se usan en las cestas para tranquilizarlos en los desplazamientos
- Al llegar al destino, va a extrañar la casa y se asustará escondiéndose en el primer lugar que vea seguro. Hay que darle un margen de tiempo para que lo olfatee todo y se confíe de nuevo.
- Vigilarlo los primeros días en sus salidas por el jardín.
Viaje en avión.
Si vamos a realizar con él un viaje en avión, debemos llevarlo en una caja de las características exigidas según la compañía. Es un método rápido para enviar animales al extranjero. Las cajas exigidas en animales pequeños suelen ser las mismas que tenemos en casa, preferiblemente de plástico y bien cerradas.
Deberemos adjuntar la documentación de nuestro animal: cartilla de vacunación al día y certificado veterinario si es necesario. Para viajar a Gran Bretaña, las exigencias en cuanto a la cuarentena son distintas que en el resto de países, por lo que debemos informarnos con bastante tiempo de antelación al viaje.
LA MUERTE DEL GATO.
Ante esta dolorosa y delicada situación debemos estar informados con antelación para que sepamos cómo reaccionar. Tenemos varias soluciones, aunque va a depender de la localidad donde residamos, ya que en cada una rigen unas normativas propias.
A. Podemos enviar el cuerpo del animal para que sea incinerado, bien por medio de nuestro veterinario habitual o el que más cerca tengamos de casa , él se encargará de todo y nos informará de las tarifas.
B. Podemos enterrarlo en nuestra parcela de campo o casa fuera de la ciudad (pero está especialmente contraindicado en caso de sufrir enfermedades infecto-contagiosas).
C. En muchas ciudades hay un servicio específico de retirada de cadáveres de animales y los entierran en vertederos exclusivos para ello.
Está totalmente prohibido enterrarlo en suelo ajeno o dejarlo abandonado en los alrededores del vertedero municipal, así como echarlo al contenedor de la calle.
B. Podemos enterrarlo en nuestra parcela de campo o casa fuera de la ciudad (pero está especialmente contraindicado en caso de sufrir enfermedades infecto-contagiosas).
C. En muchas ciudades hay un servicio específico de retirada de cadáveres de animales y los entierran en vertederos exclusivos para ello.
Está totalmente prohibido enterrarlo en suelo ajeno o dejarlo abandonado en los alrededores del vertedero municipal, así como echarlo al contenedor de la calle.
CURIOSIDADES GATUNAS.
-¿Sabían qué los gatos tricolores siempre son hembras? Existe una relación muy estrecha entre el color de la capa del gato y su herencia genética. Cada color es transmitido de una forma distinta. Por ejemplo, el atigrado domina sobre el negro en la transmisión del color a posteriores generaciones. En cuanto aparecen tres colores es porque se han juntado el par de cromosomas X de la hembra y el X del macho.
-¿Cómo se produce el “ronroneo” de los gatos? Son muchos los que se preguntan cómo es capaz el gato de emitir este sonido tan característico. Puede que se produzca en la laringe, pero parece ser que muchos científicos apuntan la posibilidad de que se produzca por la vibración de la sangre en una gran vena situada en la caja torácica.
-¿Sabes por qué los gatos siameses nacen todos de color uniforme y con el tiempo comienzan sus extremos a oscurecerse hasta obtener su capa habitual? La respuesta es la diferencia de temperatura que poseen, que desactiva en las zonas más calientes un precursor de la melanina (pigmento responsable del color oscuro), que sí aparecerá en los extremos dos o tres grados más fríos, que son las partes oscuras del gato.
-¿Quien fue Bastet? Fue un diosa-gato que los egipcios adoraron. Tenía cuerpo de mujer y cabeza de gato era símbolo del amor y la procreación. Se le erigió un templo el Bubasteion.
-Su planta favorita Existe una planta que fascina a los gatos. Les hace disfrutar de momentos sublimes durante unos minutos.
Se trata de La nepeta cataria o también llamada menta de los gatos, de la familia del tomillo y la lavanda. Su perfume desencadena un comportamiento en el animal, similar al de una hembra en celo.
más información sobre gatos y otras mascotas,en:
http://mascotas.consumer.es/gatos.php
-¿Sabes por qué los gatos siameses nacen todos de color uniforme y con el tiempo comienzan sus extremos a oscurecerse hasta obtener su capa habitual? La respuesta es la diferencia de temperatura que poseen, que desactiva en las zonas más calientes un precursor de la melanina (pigmento responsable del color oscuro), que sí aparecerá en los extremos dos o tres grados más fríos, que son las partes oscuras del gato.
-¿Quien fue Bastet? Fue un diosa-gato que los egipcios adoraron. Tenía cuerpo de mujer y cabeza de gato era símbolo del amor y la procreación. Se le erigió un templo el Bubasteion.
-Su planta favorita Existe una planta que fascina a los gatos. Les hace disfrutar de momentos sublimes durante unos minutos.
Se trata de La nepeta cataria o también llamada menta de los gatos, de la familia del tomillo y la lavanda. Su perfume desencadena un comportamiento en el animal, similar al de una hembra en celo.
más información sobre gatos y otras mascotas,en:
http://mascotas.consumer.es/gatos.php
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